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Actualizado: 15 de mayo de 2025
Todas se asemejan á las églogas pastoriles de Encina en estilo, en espíritu y estructura, si bien se diferencian de ellas en ofrecer muchas escenas burlescas de la hipocresía y superstición, causas, sin duda, de que la Inquisición interviniera inutilizando la mayor parte de los ejemplares. La segunda de las farsas mundanas, reimpresa toda por Gallardo, es muy bella.
Que tanto bien empezó, De quien tenemos tres églogas, Que el mismo representó Al almirante y duquesa De Castilla y de Infantado, Que estas fueron las primeras.
Es probable que sólo vió representar los pasos y las églogas en verso, puesto que sólo á ellos se ajusta lo que dice del drama de aquel tiempo, no á las comedias y á los coloquios en prosa, con su personal más numeroso y asuntos más variados.
Tú distas mucho de hallarte en el mismo caso. Ni doña Sol es Infanta, ni doña Sol te ha querido nunca, ni inspirado tú por doña Sol has de escribir églogas, canciones, romances e historias en prosa que te inmortalicen. Dado que le imitases, sólo imitarías a Bernardín Riveiro en lo tonto.
-Pues vayan todos al corral -dijo el cura-; que, a trueco de quemar a la reina Pintiquiniestra, y al pastor Darinel, y a sus églogas, y a las endiabladas y revueltas razones de su autor, quemaré con ellos al padre que me engendró, si anduviera en figura de caballero andante. -De ese parecer soy yo -dijo el barbero. -Y aun yo -añadió la sobrina.
Consta que sirvió a don Jerónimo Manrique de Lara, obispo de Cartagena, "a quien agradó sumamente con unas églogas que escribió en su nombre y con la comedia La Pastoral de Jacinto, que fué la primera que hizo de tres jornadas", dice Montalván, sin que podamos saber en qué tiempo entró Lope a prestar esos servicios ni cuánto duraron.
Somos los autores más antiguos españoles de comedias, autos, pastorales, coloquios, églogas, diálogos y entremeses; pero si bien cada uno de nosotros se vanagloría de haber sido en su tiempo el único y famoso, venimos aquí, ahora, después de haber oído ayer la oración fúnebre de Marín sobre la muerte del fénix Lope de Vega, como almas pecadoras, y nos postramos arrepentidos á tus pies para pedirte dos cosas: la primera, que mandes quemar todas nuestras obras, escritas hace cuarenta años; y la segunda, que des orden de purgar con ruibarbo á las compuestas desde entonces hasta el día, para que se purifiquen en lo posible de la grosería y rusticidad de sus pasajes serios, y de la frialdad y escasa animación de los burlescos.
De las églogas en verso de Lope de Rueda, que tanto agradaban á sus contemporáneos, sólo quedan escasos restos, á saber: un fragmento intercalado por Cervantes en el acto tercero de sus Baños de Argel, y un pequeño diálogo que se titula Las prendas de amor; lo cual no nos autoriza para formar un juicio exacto de este género.
En el tiempo de este célebre español, todos los aparatos de un autor de comedias se encerraban en un costal, y se cifraban en cuatro pellicos blancos, guarnecidos de guadamecí dorado, y en cuatro barbas y cabelleras, y cuatro cayados, poco más ó menos. Las comedias eran unos coloquios, como églogas, entre dos ó tres pastores y alguna pastora.
Con la contemplación de éstos y otros cuadros á cual más sencillo, su lectura favorita adquiría para él cada vez mayor encanto; y hasta las tiernas églogas de Garcilaso le parecían la expresión más fiel de la verdad, y todos los recuerdos de todos los patriarcas descritos hasta entonces le asaltaban las mientes, y veía los trasuntos de todos los cuadros pastoriles del siglo de oro, y hasta sentía el calorcillo de sus venerandos y rústicos hogares; y tal era el dominio que sobre él ejercían estas ideas, que, fingiéndose extraviado, sorprendía á un vecino comiendo; entraba en la choza de otro cuando, sentado éste al frente del grupo de su familia, rezaba el rosario antes de acostarse; pedía aquí candela, más allá un guía, y por dondequiera aliviaba la miseria, complaciéndose en dejar oculta una moneda de plata, ya en el regazo de un niño que jugueteaba arrastrándose á la puerta de su casa, ya sobre el poyo de la cocina.
Palabra del Dia
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