United States or Portugal ? Vote for the TOP Country of the Week !


«... los arrestó por tan enorme delito...» ¿Por entrar en un café? ¡Y dicen que hay libertá! ¡Qué ha de haberla, mujer! «Y preguntándoles la causa de su entrada en el local, le respondieron que su objeto era tomar café.

Y caminando despues que el sol salió, todos juntos, rio abajo, como cosa de dos leguas, y reconociendo los parages donde habian estado las tolderias, se hallaron 45 fogones, por donde se ha discurrido ser otros tantos toldos: y preguntándoles por el paso de dicho rio, respondieron ser aquel en donde estabamos, y se infiere, porque las sendas que parecen camino de carretas paraban alli mismo á la orilla de dicho rio.

Dos meses despues, algunos Cários prendieron dos Payaguás, y los trageron al capitan: y preguntándoles si habian ayudado á dar muerte á los nuestros, lo negaron, diciendo que nuestro capitan aun no habia vuelto con los suyos á su provincia.

Preguntándoles que cosa habia comprendido de aquella carta, dijo, que se pedian en ella pasas, garbanzos, habas y otras legumbres para sustento de los capitanes de los enemigos, cuyos nombres, puestos en la carta, yo mismo leí.

44 Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos; 45 mas como no le hallasen, volvieron a Jerusalén buscándole. 46 Y aconteció, que después de tres días le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles.

Viendo, pues, el visorrey que daban los dos señales de volverse a encontrar, se puso en medio, preguntándoles qué era la causa que les movía a hacer tan de improviso batalla. El Caballero de la Blanca Luna respondió que era precedencia de hermosura, y en breves razones le dijo las mismas que había dicho a don Quijote, con la acetación de las condiciones del desafío hechas por entrambas partes.

Paseó la plaza, y, llegando donde las dueñas estaban, se puso algún tanto a mirar a la que por esposo le pedía. Llamó el maese de campo a don Quijote, que ya se había presentado en la plaza, y junto con Tosilos habló a las dueñas, preguntándoles si consentían que volviese por su derecho don Quijote de la Mancha.

Como tenía la conciencia de mi formalidad, estas burlas más bien me causaron orgullo que pena. Recorrí luego la muralla y conté todos los barcos fondeados a la vista. Hablé con cuantos marineros hallé al paso, diciéndoles que yo también iba a la escuadra, y preguntándoles con tono muy enfático si había recalado la escuadra de Nelson. Después les dije que Mr.