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Y Poseidón distinguía entre todas á la nereida de la espuma, la blanca Anfitrita, que se negaba á aceptar su amor. Conocía al nuevo dios. Las costas estaban pobladas de cíclopes como Polifemo, de monstruos espantables, producto de sus copulaciones con diosas olímpicas y con simples mortales.

Es una señorita, mi querido doctor, llena de atractivos, y usted me permitirá que le reitere mis más entusiastas felicitaciones y plácemes sinceros contestole el doctor de las Vueltas, empleando el tono más melifluo de su voz. Es una nereida, una verdadera hurí, tiene la hermosura de Dido y el paso de una diosa... exclamó el otro doctor entusiasmado.

Nieves había cambiado su traje obscuro por otro casi blanco; y al verla así Leto, blanco el vestido, blanca, nacarina la tez, azules los ojos y el cabello rubio, como no se le ocurrían más que tontadas, enseguida se la forjó nereida, o cosa así, de las fantásticas regiones submarinas, enviada allí por los genios protectores de Peleches, envuelta en una ráfaga salobre de las que inundaban la estancia sin cesar.

El joven se sintió herido por aquella desvergonzada pregunta y replicó secamente: No hay otro matrimonio más feliz sobre la tierra. Me alegro... me alegro que no discutan... Ella es una hermosa mujer, un ejemplar admirable de nereida... Quisiera hacer su retrato desnuda, saliendo del agua... Pero viendo que Tristán se ponía cada vez más hosco cambió de conversación. ¿Sabes ?

Un vestido estrecho como una funda moldeaba la exuberancia de su formas. La falda, recogida y angosta en el remate de sus piernas, parecía el mango de una maza enorme. Sobre el verde marino del traje llevaba un tul blanco con lentejuelas plateadas, á modo de chal. El capitán, á pesar de su respeto por la sabia dama, la comparó á una nereida madre bien alimentada en las praderas oceánicas.

Un delfín complaciente iba y venía llevando recados entre Poseidón y la nereida, hasta que, rendida por la elocuencia de este proxeneta saltarín de olas, aceptaba Anfitrita ser esposa del dios, y el Mediterráneo parecía adquirir nueva hermosura.