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Sin saber por qué, la imaginación del estudiante no pudo menos de atribuir á la entrada de aquellas personas en tal casa cierto misterio: se acercó, miró el número, y cuando se alejaba, dispuesto ya á retirarse, vió que venían otras dos personas embozadas hasta los ojos.

Había vivido de limosna... y quería ser amante de una gran artista llena de necesidades de lujo y de fantasía... ¡Miserable!... Se puso colorado recordando ciertas reticencias maliciosas y alusiones tan embozadas como venenosas de sus amigos envidiosos.

Cuando me acerqué a ti y te ofrecí el mío no reparé si estabas dorada o plateada: te vi buena, inocente, hermosa y me bastó para quererte y me sigue bastando. ¿Tiene eso algo que ver con la ofensa que has inferido a mi hermano? Primero me la ha inferido él a . Estoy fatigado... estoy harto de recoger alusiones más o menos embozadas a tu fortuna presente y futura.

A tener Miranda alma mejor templada, ganaría con el amor el corazón abierto y generoso de la niña leonesa; pero no parece sino que le inspiraba el diablo para hacer todo lo más inoportuno. Dio en hablar ásperamente a Lucía y en mostrarle cierto desdén, como si reconociese su condición inferior. Recordole con embozadas alusiones su esfera social.

¿Pues no decís que en vez de gobernar soy gobernado? ¿no me habéis fulminado uno y otro romance, una y otra sátira, tan poco embozadas, que todo el mundo al leerlas ha pronunciado mi nombre? ¿no os habéis declarado mi enemigo, sin que yo haya dado ocasión á ello, como no sea en estorbar vuestros galanteos con mi hija?

Don Víctor se negó, pero el Magistral insistiendo, y con alusiones embozadas al miedo positivo de su compañero, logró picar otra vez su amor propio y le obligó a torcer por la derecha.

Como en todos los hombres alejados del trato de mujeres, dedicados exclusivamente al estudio, la visión del sexo y el reconocimiento de la ley divina del amor fueron vivos e intensos. Al día siguiente de la visita de Clementina ya quería que Aurelia se la pagase, manifestando por supuesto tal deseo tímidamente y con palabras embozadas.

Hay personas tan ciegas, que aún no han llegado á comprender que es V.M. el que más ama y el que más desea su cumplimiento. Todas las leyes liberales que V.M. sanciona y promulga con gran sabiduría, no bastan á convencerles. ¿Qué hacemos contra tales gentes? Fernando estaba ciego de furor al comprender adonde iban dirigidas las embozadas alusiones del ministro.