United States or Turkey ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tres días después de esto, al entrar en la botica, notó que Ballester y Quevedo hablaban, y que al verle llegar a él, se callaron súbitamente. Como había adquirido facilidad para la apreciación de los hechos, aquel se le reveló claramente. Segismundo y el comadrón trataban de algo que no querían oyese Maximiliano.

Llegó al fin el alumbramiento, y encomendándose á Dios y á cierto comadrón que había en Ateca, hombre de gran ingenio, dió á luz un niño, el cual no entró en el mundo con señales de elegido entre los elegidos, sino tan flaco, enteco y encanijado, que no parecía sino que su madre, distraída en aquel perpetuo soñar de coronas y tiaras, había apartado su organismo de la nutrición del muchachejo.

A falta de ciencia, tenía conciencia, y de camino ayudaba a la leyenda que le hacía infalible. Bonis, que siempre había defendido a los tocólogos de la ciudad y atacaba con dureza la fama milagrosa del gran comadrón, al ver entrar a este se sintió contaminado de la fe general.

La puerta se cerró tras del improvisado cirujano y comadrón, y todo Campo Rodrigo se sentó en los alrededores de la cabaña, fumó su pipa y aguardó el desenlace de la tragedia.

Ya hemos puesto al lector en el estado de determinar por mismo los casos en que árnica puede ser útil accidentalmente en las enfermedades de que hemos hablado; ya puede apreciar las ventajas de su uso en los dolores violentos que siguen al parto y acompañan á la matriz á su contraccion natural; en los accidentes producidos por las maniobras del comadron y la introduccion de varios cuerpos en las aberturas naturales; en la irritabilidad que se manifiesta en los tejidos distendidos por una coleccion serosa, ó cuando se estrae rápidamente el líquido derramado; en la irritabilidad, en fin, de la fibra por un trabajo corporal violento.....

Quería parir con el milagroso comadrón popular, a quien jamás se le moría ninguna cliente. Damas y mujeres del pueblo tenían más fe en aquel hombre que en San Ramón. Las que morían, morían siempre en poder de los tocólogos sin prestigio sobrenatural. El comadrón insigne sabía llamar a tiempo a sus colegas.

Allí tienes a tu corredor, Estupiñá el Grande. Aguarda, oye; te compras una buena cuna... La dama se reía; todas se reían. xi El dictamen de Quevedo no fue alarmante con respecto a la madre; pero al chico le dio el comadrón malas noticias, anunciándole que se quedaba sin provisiones.

La antiespasmódica la llevaré yo». El comadrón tomó el paquete y se fue.

Su sucesor, el señor La Reguera, cortó de raíz el mal contestando un no redondo a la primera prójima que fué con el empeño. ¿Y si malparo, ilustrísimo señor? insistió la postulante. De eso no entiendo yo, hijita, que no soy comadrón, sino arzobispo. Y lo positivo es que no hay tradición de que limeña alguna haya abortado por no pasear claustros.

Hay quien es un gran comadrón y un grandísimo ignorante en obstetricia y tocología, y toda clase de logías... divinas y humanas.