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Nada dijo la devota, queriendo animarse. Sin duda se ha constipado en el balcón. : corre esta tarde un airecillo, que ya, ya ... indicó el clérigo; pero váyase usted á su casa, y abrigándose bien.... Eso no será nada dijo doña Petronila Entrambasaguas, que estaba muy impaciente, porque ciertos olores, venidos en mensaje de la cocina, le anunciaban que el carnero se estaba quemando á toda prisa.

«Para el constipado mal curado se debe tomar de la fruta de Bayasong ó Leimon y se asa entero en ascuas, y cocido se parte en estremo, y el jugo se unta en el pecho abrigándose después el cuerpo. «Para el que padece pasmo por el calor del Sol, se le debe aplicar la corteza del arbol Borobarira raspada, y cocida en el fuego envolviéndolo en hojas de plátano se pone en el vientre.

El enemigo dejado por guarda de sus Reales que estaban en el siguiente, Brachilao dos millas de Galípoli parte de su ejército con ocho mil caballos y mayor número de infantes se adelantó á pelear. Los nuestro hecharon su caballería por el lado izquierdo de su infantería abrigándose por el derecho del terreno algo quebrado.

El cangrejo corrió por las piedras, abrigándose en sus sinuosidades. El pulpo ya no nadaba; corría también como un animal terrestre, subiendo por las rocas con sus garras armadas, que le servían de aparatos de locomoción.

En medio de éste es donde los dos se encuentran. Gertrudis, con la cabeza envuelta en un pañuelo obscuro, estaba desde hacía bastante tiempo debajo de los árboles, abrigándose de la lluvia; y, al ver surgir la alta figura de Juan al otro lado de la presa, se ha lanzado a su encuentro. ¿Eres , Gertrudis? pregunta él apresuradamente tratando de ver su rostro.

En las landas, detrás de los pinos, los simples y las hierbas un poco fuertes que huella usted, la prodigan su fragancia, no sosa y embriagadora como la que despide la peligrosa rosa, sino agradablemente amarga. Siéntese usted en medio é imítelos, abrigándose en ese suave repliegue que forma el terreno. ¿No se diría que nos encontramos á cien leguas del mar?

Puso Feliciana sobre la luz una pantalla de figurines vestidos con pegotes de trapo, y después se echó con indolencia en la butaca, abrigándose con su mantón alfombrado. «Fortunata gritó llamando a su amiga, que daba vueltas por toda la casa como si buscara alguna cosa . ¿Qué se te ha perdido?». Chica, mi toquilla azul. ¿Vas a salir ya? : ¿qué hora es?