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Actualizado: 16 de junio de 2025
La nocturna reunión era una queja continua contra la injusticia social. Se sentían más desgraciados al darse cuenta exacta de su estado. El zapatero recordaba con los ojos lacrimosos al pequeñuelo muerto de hambre, y hablaba de la miseria de su prole, tan numerosa que hacía inútil su trabajo.
Se movía, se agitaba dando órdenes a sus compañeros de trabajo; iba del templo a lo alto de las Claverías, donde se guardaba el Monumento, y al verse cubierto de polvo, con los miembros fatigados por este incesante ir y venir, se hacía la ilusión de que estaba sano. En estas dos semanas no entró en la casa del zapatero y casi perdió de vista a sus contertulios.
Siquiera aquí, mal o bien, es uno el rey de la comarca.... El tío Gabriel me lo decía mil veces: las personas decentes, en las poblaciones, no se distinguen de los zapateros.... Un zapatero que se hace millonario metiendo y sacando la lesna, se sube encima de cualquier señor, de los que lo somos de padres a hijos.... Yo estoy muy acostumbrado a pisar tierra mía y a andar entre árboles que corto si se me antoja.
Sin embargo, siempre que usted llega al puesto del zapatero, está ausente; pero de allí a poco sale de la taberna de enfrente, adonde ha ido un momento a echar un trago: semejante a la araña, tiende la tela en el portal y se retira a observar la presa al agujero.
UN ZAPATERO DE ANTA
Creéis que ya está lograda vuestra dicha con apoderarse de esas riquezas. ¿Y después? Vuestras familias quedarán aquí. Tato, piensa en tu madre. Mariano, el zapatero y tú tenéis mujer, tenéis hijos. ¡Bah...! dijo el campanero . Ya vendrán a reunirse con nosotros cuando estemos lejos y en salvo. El dinero todo lo puede: lo que importa es tenerlo.
Ellos riñen en el interior como perros y gatos, pero le dejan a uno en paz.» La muchacha de la risa aguda rió de nuevo y el campesino comenzó a contar otra anécdota, diciendo: No estuvo mal tampoco la manera como Fernando deshizo la boda entre un zapatero rico de Tolosa y una novia suya. A ver, a ver cómo fué dijeron todos.
Luego la conversación pasa a la próxima fiesta de los tiradores, versa sobre las nuevas relaciones hechas en la aldea, se pierde un momento en la ciudad, en la tienda del zapatero; pero Gertrudis la vuelve a traer siempre a la época de sus bodas explayándose sobre los sentimientos y sobre los sucesos de esa época feliz. Le parece haberse vuelto soltera.
Los días en que mi amigo no tiene convidados se contenta con una mesa baja, poco más que banqueta de zapatero, porque él y su mujer, como dice, ¿para qué quieren más?
Se llama a la mujer del zapatero. ¿Hay un convite que necesita aumento de brazos en otra parte? ¿Hay que dar de prisa y corriendo ropa a lavar, a coser, a planchar, mil recados, en fin, extraordinarios? La mujer del zapatero, el zapatero.
Palabra del Dia
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