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Actualizado: 22 de junio de 2025
Volvieron para el paseo del Arenal días de esplendidez, transcurridos aquellos años de la guerra, y en 1823, cuando Fernando VII visitó á Sevilla, este monarca paseaba con gran frecuencia en carruaje por la orilla del río, donde era objeto de no pocas manifestaciones de los absolutistas.
Acostumbraba también, en un círculo más estrecho de su corte, desempeñar papeles en comedias improvisadas . La etiqueta de la corte había prohibido hasta entonces al Rey su asistencia á los teatros; y aunque Felipe IV no se atrevió á anular esta costumbre, visitó, no obstante, de incógnito á los de la Cruz y del Príncipe.
Luis de Torres, que la visitó en 1606, le puso el nombre que lleva, según unos, por caer frente por frente de la Guinea africana, y según otros por el parecido de los negros naturales de ella con los negros de la dicha comarca de África. Otros muchos navegantes la visitaron en los siglos posteriores, pero todos se limitaron, como hemos dicho, a tocar en algún punto de sus costas.
De repente una granada visitó con estruendo nuestro campo, reventando hacia la izquierda, por donde estaban los generales. Era como un saludo de cortesanía entre dos guerreros que se van a matar; un tanteo de fuerzas, una bravata echada al aire para explorar el ánimo del contrario. Nuestra artillería, poco amiga de fanfarronadas, calló.
El Conde, hecho así muy amigo de don Braulio, hubo de acompañar algunas noches a las dos hermanas hasta la casa de ellas; y como doña Beatriz se la ofreció, él pudo visitarlas y las visitó del modo más correcto. Nada de esto hacía recelar a don Braulio.
Bajo su gobierno fué cuando el mineral del Cerro de Pasco principió a adquirir la importancia de que hoy goza, y entre otros sucesos curiosos de su época merecen consignarse la aurora boreal que se vió una noche en el Cuzco, y la muerte que dieron los fanáticos habitantes de Cuenca al cirujano de la expedición científica que a las órdenes del sabio La Condamine visitó la América.
Así vivía Ana. Benítez desde que desapareció el peligro inminente, visitó menos a la viuda. Servanda y Anselmo eran fieles, tal vez tenían cariño al ama, pero eran incapaces de mostrarlo. Obedecían y servían como sombras. Le hacía más compañía el gato que ellos. Frígilis era el amigo constante, el compañero de sus tristezas. Hablaba poco. Pero a ella la consolaba el pensar: «está Crespo ahí».
Y comenzó por el chiste más desagradable: sentarse al lado mío, cuando Zoraida le había ya indicado ese asiento a Julio". "21 de abril. "Hace dos semanas que Julio no viene. ¿Por qué? Es cierto que antes estaba a lo mejor meses enteros sin venir. Sin embargo, ahora lo extraño, lo extraño mucho". "22 de abril. "Hoy nos visitó Adriana Zumarán.
Para ustedes... Ustedes son tan pobrecitos como los que yo visito en las afueras... Pero no llore usted: ya vendrán días mejores; Dios aprieta, pero no ahoga. Y reía de su caritativa malicia, que quedaba en el misterio, sin que el señor de Maltrana pudiese sospecharla. El joven también debía sus favores al «santo». Señor Vicente, con este mes ya van tres que no le pago.
Se fue a la ciudad, compró zapatos de hierro y salió a 80 buscar a su marido. Visitó muchas ciudades preguntando por el príncipe Jalma, pero ninguno le conocía. Cuando llegó al fin del mundo vio a la madre del viento del Norte y la saludó. ¿Cómo le va, buena señora? 85 Bien, hija, le dijo; ¿qué haces aquí, cuando ni los pájaros llegan a estos lugares? Mi hijo te comerá.
Palabra del Dia
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