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Actualizado: 29 de junio de 2025
La región de las encinas había terminado, y cruzábamos la de las faldas y los planos inclinados donde se hace un extensísimo cultivo de la viña. De repente, al volver un alto, recodo, el horizonte se abrió á nuestra vista, sin que ninguna eminencia interrumpiese el inmenso panorama. ¡Asombrosa hermosura la que nos aguardaba!
Irguiéronse los dos al mismo tiempo, husmearon el espacio, y después de balancearse con cierto titubeo, rugieron, lanzándose viña abajo con un impulso arrollador que hacía saltar la tierra entre sus patas. Eran unos animales casi salvajes, de ojos de fuego y boca roja, erizada de dientes que daban frío.
La familia Relimpio vivía pobremente, porque D. José, con ser tan maestro en números, no había sacado de ellos ninguna sustancia. Doña Laura conservaba una casa y una viña en Dolores, que le daban mil reales al año. Las niñas trabajaban para las camiserías. Tenían máquina, y cosiendo noche y día, velando mucho y quedándose sin vista, allegaban de cinco a siete reales diarios.
Pero estos torcían el gesto o levantaban los hombros, como presos a los que nada importa la placidez del tiempo fuera de su encierro. Rafael se presentó a caballo, subiendo a galope la cuesta de la viña, como si llegase del cortijo. Mucho madrugas, chaval dijo el padrino con sorna. Se conoce que no te dejan dormir las cosas de Marchamalo.
Y Dios, que muchas veces se agrada más de los que vienen á trabajar en su viña á la última hora, que los que desde la primera hora del día echan mano á la labor, se agradó sobremanera de su determinación, y le dió luego de contado una plenitud de consuelo en su servicio, por prenda de galardón que sobre todos sus méritos le tenía preparado aquí en la tierra, y después eternamente en el cielo.
Volvamos los ojos hacia otro lado, busquemos a otro ser, rebusquémosle, porque es tan chico que apenas se ve, es un insecto imperceptible, más pequeño sobre la faz del mundo que el philloxera en la breve extensión de la viña. Al fin le vemos; allí está, pequeño, mezquino, atomístico. Pero tiene alientos y logrará ser grande. Oíd su historia, que es de las más interesantes.... Pues señor....
Te vas a llevar lo mejor de esta tierra, la perla de Jerez y su campo. ¿Ves toda la viña de Marchamalo, que vale una millonada?... Pues ná: aquí lo bueno es esta mocita, este cachito de gracia. Y esto te lo llevas tú, ladrón... sinvergüenza. Y Rafael reía como un bendito, lo mismo que el señor Fermín. ¡Pero qué don Luis tan gracioso y tan bueno!
Junto a la escalera estaba la mula, enjaezada y dispuesta a partir para la viña... Al pasar cerca de ella, sonriose satisfecho Tistet Védène y se detuvo para darle dos o tres golpecitos cariñosos en la grupa, mirando con el rabillo del ojo si el Papa lo observaba. La ocasión era propicia... La mula tomó impulso... ¡Toma, allá te va, bandido! ¡Siete años hacía que te la guardaba!
Las niñas del marqués, que nos avergüenzan viviendo con la canalla: Luis, que parecía en el buen camino, y ahora sale con esa aventura... ¿Y aun quieres afligirnos a mi madre y a mí, pidiendo que un Dupont se case con una muchacha de una viña? Yo creía que nos considerabas más. Ten compasión de mí, hombre: tenme compasión.
Aún caminaron otra buena hora, pero fuera de sendero, por campos de tierra movediza con ocultos pedruscos, en los que tropezaban. Isidro, al atravesar una viña, chocó con un ceporro, hiriéndose una pierna. Pero ¿dónde estaban aquellos bosques de El Pardo, que parecían correr hundiéndose en la sombra?... ¡Animo! decía el Mosco en voz queda . Ya estamos cerca; ya veo las tapias.
Palabra del Dia
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