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Actualizado: 23 de septiembre de 2025


Viéndola tambalearse, Fabrice corrió a sostenerla, depositándola suavemente sobre el rústico asiento; sus risas callaron, poco a poco se agitaron sus miembros en los esfuerzos de la convulsión, y al fin yació desmayada. ¡Nos había escuchado!... ¡Todo lo sabía! murmuró el pintor como hablándose a mismo. Tornóse a Pierrepont, inmóvil a dos pasos, pálido cual un cadáver en su ataúd.

La guerra se mostró á los ojos de Desnoyers con toda su cruel fealdad. Había hablado de ella hasta entonces como hablamos de la muerte en plena salud, sabiendo que existe y que es horrible, pero viéndola tan lejos... ¡tan lejos! que no infunde una verdadera emoción. Las explosiones de los obuses acompañaban su brutalidad destructora con una burla feroz, desfigurando grotescamente el cuerpo humano.

En otras ocasiones, un tipo complejo, estudiado directamente, lo descomponemos en varios, repartiendo sus diversas facultades entre numerosos hijos de nuestra imaginación. Con arreglo á la conocida fórmula, copié la realidad «viéndola á través de mi temperamento», ó más claramente dicho, la interpreté como me pareció mejor, con arreglo á mis ideas y gustos.

Bien que fea, su fisonomía abierta y la mirada dulcísima de sus ojos negros predisponían á su favor. Mi tía, naturalmente bondadosa, pronto la tuvo cariño, viéndola tan infeliz y desvalida, y á su vez la indita, aunque algo zahareña como todos los de su raza, se mostraba con ella muy reconocida.

Cuando llegó el turno a Mercedes, Velázquez la retuvo las manos entre las suyas un momento y le dijo por lo bajo viéndola sonreir: ¡Qué contenta estás, Mercedes! Te alegras de que me vaya, ¿verdad? Ni me alegro ni me entristezco. Pues que nadie te obliga á marchar, debe de ser un viaje de recreo el que haces respondió ella sin dejar de sonreir.

Apenas disparados los primeros tiros, otros muchos franceses, extenuados de fatiga, y encontrándose ya sin fuerzas para combatir si no les caía del cielo o les brotaba de la tierra una gota de agua, acudieron a beber, y viéndola tan reciamente disputada, se unieron a los defensores. decir: «¡Allí hay agua, allí se están disputando la noria!», y no necesité más.

Estuvo casado con Aldonza de San Pedro, hija de Diego de San Juan y nieta de Andrés de San Cristóbal. Sospechábase en el pueblo que no era cristiana vieja, aun viéndola con canas y rota, aunque ella, por los nombres y sobrenombres de sus pasados, quiso esforzar que era descendiente de la gloria.

Había pasado junto á ella sin fijarse en su transformación, viéndola lo mismo que cuando acompañaba, con trote de gozquecillo, á la señorita Desnoyers en sus excursiones por el parque y los alrededores. Ahora era una mujer, con la delgadez del último crecimiento, apuntando las primeras gracias femeniles en su cuerpo de catorce años.

»Al principio que Camila esto decía creyó Lotario que era artificio para desmentille que el hombre que había visto salir era de Leonela, y no suyo; pero, viéndola llorar y afligirse, y pedirle remedio, vino a creer la verdad, y, en creyéndola, acabó de estar confuso y arrepentido del todo.

Púsose un mantón, bajó, entró en casa de las Porreñas, tocó, le abrieron, y se encaró con la faz majestuosa de María de la Paz Jesús, que de muy mal talante le preguntó: ¿Qué quiere usted? Venía á ver al amo de esta casa para decirle una cosa, dijo Rosalía entrando. ¡Qué irreverencia! pensó María de la Paz, viéndola entrar de rondón. Salomé, una luz.

Palabra del Dia

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