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Actualizado: 29 de octubre de 2025
Un gran mensajero de vida y de los más transportables es la sólida nuez de coco, la cual no sólo viaja, sino que, arrojada sobre los arrecifes, basta que encuentre un poco de arena blanca para medrar en sitios donde perecería otra planta cualquiera. El agua salobre no le amedrenta, se sirve de ella como del agua dulce, y crece también.
Es por eso que, cuando se viaja en Europa entre ingleses y franceses, se ve siempre á los primeros silenciosos, esquivos, encerrándose en su personalidad rigorosa; miéntras que los otros entran desde luego en el amplio carril de la conversacion desembarazada y múltiple, llegando fácilmente hasta la jovialidad.
En la estacion seca y cuando se viaja sin equipage, se va por tierra, atravesando á caballo como setenta leguas por llanadas magníficas, pobladas de ganados salvages; mas en tiempo de lluvias, ó cuando se llevan mercancias, se sube en canoas el rio Yacuma, hasta encontrar sus primeros tributarios; desde cuyo punto solo faltan ocho leguas de tránsito por la llanura para ponerse en Reyes.
Preocupado con estos pensamientos de venganza, y como hombre que va a su negocio y que no viaja a lo touriste, Mutileder no quiso visitar las curiosidades de Jerusalén ni enterarse de nada de lo que allí sucedía, a no ser del paradero de Adherbal.
Reflexionó Maltrana un buen rato para reunir sus recuerdos. Y de los ricos de América creo haber terminado la lista. Pero aún viene gente más interesante. Un obispo italiano que viaja a expensas de una familia acomodada. Son gentes establecidas de antiguo en un barrio de allá que llaman la Boca.
Viaja, no repares en gastos; piensa siempre que eres el príncipe Lubimoff... El coronel irá contigo: será tu ayudante, como lo fué del heroico marqués. Su primer viaje fué á España. Miguel Fedor deseaba conocer la tierra de su padre.
Está apalabrado con una heredera millonaria, y lo curioso es que este Ayax de treinta años, que devora cuatro libras de carne en beef-steake y se bebe tres botellas de jerez de una sentada, hace creer a la novia que viaja por necesitarlo su salud. El otro maulo como dice mi tío, es un francés: el barón de Maude. ¡Barón! dijo el general con socarronería . ¡Sí!, ¡barón como Gran Turco!
Además, me decía yo, aunque el sello de casta y el de nacionalidad sean indelebles, sin que acierte a borrarlos o a confundirlos la continua convivencia y el íntimo comercio espiritual, en esta época en que tanto se escribe, se lee y se viaja, en este siglo del vapor y la electricidad, del ferro-carril y del telégrafo, todavía no logro persuadirme de que haya también un sello de provincialidad, como hay sello de nación, de tribu o de casta.
Cuando por regla general el que viaja, permanece como extranjero en todas partes, nosotros tenemos la ventaja de asimilarnos y convenirnos con los nuevos paises que visitamos, y esto se realiza, sin estudio, espontáneamente. De aquí el que tan bien nos encontremos en todas partes.
Tú eres Sherlock Holmes...» Una manía de borracho que a última hora se apoderó de mí. Y luego empecé a aporrear la puerta vecina, la del misterio, pugnando por abrirla. Se me había metido en la cabeza que el amigo Holmes llevaba oculta en este camarote a una princesa rusa que viaja de incógnito y va a casarse con un jefe de tribu del Gran Chaco. Fantasías del alcohol, querido Ojeda.
Palabra del Dia
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