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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Todos quantos caminantes topaba Candido en los mesones le decian: Vamos á Paris. Este general prurito le inspiró al fin deseos de ver esta capital, en lo qual no se desviaba mucho de la dirección de Venecia. Entró por el arrabal de San Marcelo, y creyó que estaba en la mas sucia aldea de Vesfalia.
Pues aquí contestó el italiano, no pensamos así, y nosotros le otorgamos la corona». A lo cual replicó Velázquez: «Donde se encuentra lo bueno y lo bello es en Venecia: yo doy el primer lugar al pincel veneciano, y quien lleva la bandera es Tiziano .»
A dios de S. Felipe el gran paseo, Donde si baxa, ó sube el Turco galgo, Como en gaceta de Venecia leo. A dios, hambre sotil de algun hidalgo, Que por no verme ante tus puertas muerto, Hoy de mi patria, y de mi mismo salgo. Con esto poco á poco llegué al puerto, A quien los de Cartago dieron nombre, Cerrado á todos vientos y encubierto.
Dixo despues el quinto: Tambien yo soy rey de los Polacos, y dos veces he perdido mi reyno; pero la Providencia me ha dado otro estado, en el qual he hecho mas bienes que quantos han podido hacer en las riberas del Vistula todos los reyes de la Sarmacia juntos: tambien me resigno á los juicios de la Providencia; y he venido á pasar el carnaval á Venecia.
Aquella bahía estaba concurridísima. En ella había naves inglesas y francesas, de Holanda y de las ciudades anseáticas, de Aragón y de Castilla, de Génova y de Venecia y de otras Repúblicas y principados de Italia.
El arte moderno, poderosamente inspirado, se afana noblemente por vengar con sus adelantos el atraso de los siglos pasados: allí está Canova, gloria de nuestros dias, allí está Sansovino, moderno tambien, que ha llenado á Venecia de prodigiosas estatuas: allí están Victoria y otros muchos: aconsejo á todos los viajeros que no salgan del Palacio Ducal sin visitar el museo.
¡Ah! nada como Venecia, su impresion me durará siempre, el arte está allí en todas partes, ¡y qué arte! ¡qué arte! Y aquí solo se leen los apuntes de mi cartera, no todo lo ví, hay mucho mas, es admirable.
Pero qué menos obedecen á los sagrados Cánones, ni á sus decretos? haciendo mercancías de perlas, rubíes y diamantes, que se traen de las Indias, porque es opinion evidente que la mayor parte de las perlas preciosas que se venden en Venecia son de estos padres, lo que se ha sabido de aquellos de quien se han servido y sirven de corredores.
Magdalena se hizo la sorda y ofreció a su abuela un almohadón bordado como recuerdo del día de año nuevo. Recibí, en cambio, un gran cuello de encaje de Venecia, del que tenía yo mucha gana, y que excedía mucho de los recursos de mi modesta pensión. La abuela, que es inflexible en la economía, me asigna 100 pesos al año para vestirme y para mis gastos personales.
La tropa tenia mucha popularidad, porque se componia de proscritos Italianos de Milan, Venecia, Roma y Nápoles, hombres de familias honradas, y que careciendo de recursos para subsistir habian organizado una compañía filarmónica para no ser gravosos á nadie y vivir honradamente.
Palabra del Dia
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