Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de noviembre de 2025
La primera piedra del genovés pasó silbando sobre las cabezas de los arqueros y cayó al mar; la del pedrero normando mató un caballo y derribó á varios soldados, otra abrió un boquete enorme en la vela del Galeón y la cuarta dió en el centro de la proa y rebotando, arrojó al agua dos hombres de armas de Butrón. El capitán miró fijamente al barón.
La pasó en vela, revolviéndose inquieto en su cama, y declarando en voz alta que era el más cobarde de los hombres.
Es verdad; mi padre me dijo hace un año, al ver cómo me trataba la reina: «Clara, hija mía, eres fuerte y valiente; vela por su majestad, y si es necesario, sacrifícaselo todo... todo menos el honor». Pero, volviendo á esas malhadadas cartas, es necesario que conozcáis ese secreto.
Juana Miró, mujer de Pedro Onofre Cortés de Guillermo, alias Moxina, de oficio cobrador de deudas, natural de la Villa de Muro en este Reino, vecina de esta Ciudad, de edad de veinte y ocho años, fue presa por judaizante. Salió al Auto en forma de penitente con su sambenito de dos aspas y vela verde en las manos.
Van-Horn se había sentado en el puesto del timonel y Cornelio y Hans, ayudados por el muchacho pescador, habían izado el palo y desplegado la vela. ¿Adónde nos dirigimos, señor? preguntó el piloto al Capitán. Tratemos de llegar a la costa australiana, que es la más próxima.
Al salir el sol me hice á la vela con NO bonancible, y á las nueve y media varé sobre el bajo grande, frente á los arroyos. A las tres de la tarde con dos espias salí á la canal, y dí fondo en 7 brazas, por estar calma, y ser la corriente contraria.
Y con razón obraron entonces los de la vela verde, porque de diligencia en diligencia averiguaron del hermanito las siguientes gracias, las cuales fueron probadas todas con testigos y con los detalles necesarios.
Llegaron a casa, y yo, porque no me conociesen, estaba echado en la cama con un tocador y con una vela en la mano y un Cristo en la otra y un compañero clérigo ayudándome a morir, y los demás rezando las letanías. Llegó el retor y la justicia, y viendo el espectáculo, se salieron, no persuadiéndose que allí pudiera haber habido lugar para cosa.
El recogimiento extremaba su fiebre. No contaba con un solo compañero de su edad. Desde temprano, a pesar de la oposición de su madre, buscó el trato de algunos mancebos. Llegó a conocer a un Núñez Vela, a un Valdivieso, a los dos hermanos Rengifo, a Diego Dávila, a Nuño Zimbrón.
El ama, aunque a regañadientes, tuvo que aproximar a la cama el veladorcito y dejar en él encendida una vela. Durante todo esto no estaba ociosa la lengua del ama. Inesita casi respondía siempre por monosílabos, deseosa de que terminase la charla y de quedarse sola; pero el ama estaba en vena aquella noche y no acababa con sus reflexiones y discursos.
Palabra del Dia
Otros Mirando