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Actualizado: 28 de julio de 2025


El maestro Josef de Valdivielso. Por comisión del señor doctor Gutierre de Cetina, vicario general desta villa de Madrid, corte de Su Majestad, he visto este libro de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra, y no hallo en él cosa indigna de un cristiano celo, ni que disuene de la decencia debida a buen ejemplo, ni virtudes morales; antes, mucha erudición y aprovechamiento, así en la continencia de su bien seguido asunto para extirpar los vanos y mentirosos libros de caballerías, cuyo contagio había cundido más de lo que fuera justo, como en la lisura del lenguaje castellano, no adulterado con enfadosa y estudiada afectación, vicio con razón aborrecido de hombres cuerdos; y en la correción de vicios que generalmente toca, ocasionado de sus agudos discursos, guarda con tanta cordura las leyes de reprehensión cristiana, que aquel que fuere tocado de la enfermedad que pretende curar, en lo dulce y sabroso de sus medicinas gustosamente habrá bebido, cuando menos lo imagine, sin empacho ni asco alguno, lo provechoso de la detestación de su vicio, con que se hallará, que es lo más difícil de conseguirse, gustoso y reprehendido.

En La niña de Gómez Arias se ha aprovechado mucho de la del mismo nombre de Guevara; en El gran príncipe de Fez encontramos reminiscencias de la de título idéntico de Lope; el auto de Calderón de Psiquis y Cupido, ofrece muchas analogías con el del mismo título de Valdivielso, advirtiendo que, á los ejemplos aducidos, podríamos añadir otros muchos, no haciéndolo, porque bastan los expuestos para probar en general la verdad de nuestra afirmación.

Lope de Vega le ensalzó dos veces, en sendas epístolas de La Filomena, con otras diversas Rimas, Prosas y Versos : «Aquí de Valdivielso el santo empleo, De Luis Vélez, florido y elocuente, La lira que ya fué del dulce Orfeo.» «...Y el famoso Luis Vélez, que tenía En éxtasis las Musas, que a sus labios Iban por dulce néctar y ambrosía

El tiempo es breve y yo largo; Y así he de dejar por fuerza De alabar tantos ingenios Que en un sin fin procediera; Pero de paso diré De algunos que se me acuerdan, Como el heróico Velarde, Famoso Micer Artieda; El gran Lupercio, Leonardo, Aguilar el de Valencia, El licenciado Ramón, Justiniano, Ochoa, Zepeda, El licenciado Mexía, El buen Don Diego de Vera Mescua, Don Guillén de Castro, Liñán, Don Félix de Herrera, Valdivielso y Almendarez, Y entre muchos, uno queda: Damián Salustio del Poyo, Que no ha compuesto comedia Que no mereciese estar Con las letras de oro impresa, Pues dan provecho al autor Y honra á quien las representa.

Yo encuentro graciosa, en el poema de San José del Padre Maestro Fray José de Valdivielso, aquella sospecha de que el santo era sólo carpintero de afición, porque siendo hidalgo de tan ilustre prosapia no era posible que se ganase la vida trabajando con sus manos, en vez de vivir de sus rentas, Pues debió de tener juros reales, Cual descendiente de señores tales.

El reverendo Fray José de Valdivielso, en su Poema de San José, no acierta a concebir que el Santo, padre putativo de Nuestro Divino Redentor, y descendiente de reyes, pudiese ser pobre y vivir de un oficio mecánico: así es que asegura que San José era carpintero por distracción, y no para ganarse la vida: Pues debió de tener juros reales, Cual descendiente de señores tales.

Hacía una comedia en dos días, que aun trasladarla no es fácil al escribano más suelto; y en Toledo hizo en quince días continuados quince jornadas, que hacen cinco comedias, y las leyó como las iba haciendo en una casa particular donde estaba el maestro José de Valdivielso, que fué testigo de vista de todo; y porque en esto se habla variamente, diré lo que yo supe por experiencia.

Hágase entender á Amescua que el coro de los canónigos puede conciliarse bien con el de las Musas, haciéndose lo mismo con Valdivielso, así como también que de aquellas hijas de Mnemosine nunca envejecen; y si hubiese yo ahora de calificar con epítetos particulares y las merecidas alabanzas á los que no he mencionado todavía, veríame en grandes apuros para contentarlos.

Este libro se acabó de imprimir en Madrid, en casa de Manuel Tello, el día 28 de Febrero del año de 1887. ROMANCERO ESPIRITUAL, del Mtro. Valdivielso. Un tomo, con retrato del Autor, y prólogo del P. Mir, 4 pesetas. Ejemplares especiales, á 6, 10, 25, 30 y 250 id. OBRAS de D. A. L. de Ayala Siete tomos: el 1.º, con retrato del Autor, 5 pesetas: los restantes á 4 pesetas.

Palabra del Dia

godella

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