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Actualizado: 6 de julio de 2025


No debía entrar». No entró. «Además, iba pensando mientras se alejaba, si yo me veo frente a ella, ¿qué yo lo que haré? Si ese marido indigno, de sangre de horchata, la perdona, yo... yo no la perdono y si la tuviera entre mis manos, al alcance de ellas siquiera.... Sabe Dios lo que haría. No, no debo entrar en esa casa; me perdería, los perdería a todos». Y volvió a la suya.

El viejo me recibió en la puerta, como si no tuviera la menor idea de lo que se preparaba... Y, cuando le pido un momento de conversación a solas, adopta el gesto reservado del que teme ser objeto de un pedido imprevisto de dinero.

Usted señora cree que es deber suyo atormentarse recordando, amando lo que fue... y aborreciendo lo que no debió haber sido.... Todo esto sería muy bueno si usted tuviera fuerzas para soportar ese teje maneje del pensamiento. No las tiene usted.

Sea lo que Dios quisiere, dijo Cervantes, y si con mi vida rescatar yo pudiera el corazón de vuestra señora, que sin tan yo merecerlo ni esperarlo, por mis amores está cautivo, con gusto la daría y mil que tuviera.

Don Víctor le recibió en el despacho. Estaba el amo de la casa en mangas de camisa, como solía en cuanto llegaba el verano, aunque no tuviera mucho calor. Para él venían a ser ideas inseparables el estío y aquel traje ligero.

Para ti no hay amorLa voluntad sofocó el grito de la imaginación, tantas veces culpable a despecho de la conciencia, y Lázaro salió de aquél cuarto para tornar al suyo, como quien vuelve de los encantos de un sueño al rudo contacto de la realidad. Se encerró cual si tuviera miedo, atrancó cuidadosamente el balcón, y sin hacer ruido fue alzando la trampa que ocultaba el hogar de su chimenea.

Además, señor Ministro, y ésta es la pura verdad: yo no tengo en Madrid más fondos que los estrictamente indispensables para cubrir mis atenciones de familia, ni puedo distraer de mi casa de comercio grandes sumas. Pues si usted tuviera que hacer eso dijo entonces el Ministro, encareciendo mucho sus palabras , ¿qué importancia tendría la consideración que quiere guardar a usted el Ministerio?

No comprendía que un hombre tuviera que descender a estos oficios habiendo tantas mujeres en el mundo, y se informaba menudamente de las particularidades de la vida de colegio; cómo los trataban, qué comían, a qué hora se acostaban, quién les hacía las camas, les lavaba la ropa y se la planchaba; si los colchones eran duros o blandos, si bebían vino, cuántas veces a la semana les mudaban las toallas, etc., etc.

La niña clavó en él su mirada límpida, y también preguntó: ¿La quieres ? Yo . Pues yo también, .... ¿Te gustaría vivir con ella? Carmen dijo prontamente: Quiero vivir contigo y le echó los brazos al cuello con ternura. El la enlazó en los suyos lleno de emoción, murmurando con la voz quebrada: Pero si yo tuviera que marchar....

En menos de quince días, con mi buen ingenio y con la diligencia que puso el que había escogido por patrón, supe saltar por el Rey de Francia y no saltar por la mala tabernera; enseñóme a hacer corvetas como caballo napolitano, y a andar a la redonda como mula de atahona, con otras cosas que, si yo no tuviera cuenta en no adelantarme a mostrarlas, pusiera en duda si era algún demonio en figura de perro el que las hacía.

Palabra del Dia

godella

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