Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
Hasta me dio una explicación cierta tarde que me tropezó en las Delicias y se emparejó a pasear conmigo. Aunque a uzté le dizguzte, voy a pacear con uzté un ratiyo. ¡Disgustarme! ¿Por qué? Porque uzté me aborrece..., confiézelo uzté... Pues, en efecto, no le tengo mayor simpatía; bien lo sabe usted.
He aquí ahora cómo se había efectuado el suceso. Mas antes de salir del casco de la villa y cruzando por delante de la casa de Elorza, tropezó casualmente con María, que iba hacia la iglesia con su doncella. Le dio un salto el corazón y un poco turbado se detuvo a saludarla.
Casi tropezó en la puerta con el contratista, que entraba saludando desde lejos á la «señora marquesa». Estrechó su mano y desapareció inmediatamente. Elena no quiso ocultar la cólera que le había producido esta visita inoportuna, y recibió al italiano con visible mal humor.
Seamos prácticos, señores, seamos prácticos, y no confundamos las pandillas de politicastros con el verdadero país». En esto llegó La Correspondencia, y a las primeras ojeadas conspicuas que arrojó sobre las columnas de ella el buen D. Basilio, tropezó con la combinación de gobernadores, y lanzando un berrido de sorpresa, se restregó los ojos creyendo que leía mal.
Pasó cautelosamente de silla en silla, como una chicuela que desea escaparse, llegando de este modo hasta el comedor. Allí cobró ánimo, y poniéndose de pie, se aventuró francamente en un pasadizo inmediato. Casi tropezó con la doncella, que volvía al salón llevando más agua caliente para el té. La vieja la saludó con un bufido implacable. ¡Presumida!... ¡Fea!
Gonzalo tropezó con la ola de gente que vomitaba la puerta, y así como fué reconocido, se apresuraron a rodearle y saludarle sus antiguos amigos. El primero que le echó los brazos al cuello fué don Mateo, después vino don Pedro Miranda y su hijo Periquito, en seguida el alcalde don Roque, después don Victoriano y su esposa doña Rosario y sus tres hijas.
Al amanecer del día siguiente, un agente de orden público tropezó con su cadáver entre la nieve. El médico de la casa de socorro certificó que había muerto por la congelación de la sangre. Mira, Jiménez dijo un guardia de los que le habían llevado a su compañero. ¡Parece que se está riendo! Perier, director propietario de La Defensa de la Sociedad.
Renunció a leer a los primeros renglones, y comenzó a pasar hojas, deleitándose con alegría infantil en la contemplación de las láminas: leones, elefantes, caballos de salvaje crin y ojos de fuego, asnos a fajas de colores, como si los hubiesen pintado con arreglo a falsilla... El torero avanzaba descuidado por el camino de la sabiduría, hasta que tropezó con los pintarrajeados anillos de una serpiente. ¡Huy! ¡La bicha, la fatídica bicha!
De los bordes pendían trozos de madera, pedazos bamboleantes de pavimento, muebles detenidos en mitad de su caída. Pisó cascotes al atravesar el hall, donde antes había alfombras; tropezó con hierros rotos y retorcidos, fragmentos de camas llovidas de lo más alto del edificio; creyó distinguir miembros convulsos entre los montones de escombros; escuchó voces angustiosas que no podía comprender.
La buena señora le puso la suya, pálida y descarnada, sobre la cabeza, diciendo con lágrimas también en los ojos: ¡Pobre hijo mío! Aguárdame un instante. Voy a decir a ese señor lo que hace al caso. Subió la señora de Belinchón la escalera de caracol que conducía al piso segundo. Arriba tropezó con el ayuda de cámara de su huésped. ¿Qué hace el señor Duque? le preguntó.
Palabra del Dia
Otros Mirando