Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de julio de 2025


Decididamente, las destrucciones que proyectaba el señor Manolo para cuando triunfase la autonomía del Estado castellano, el abatir la selva y meterla el arado, sería una reforma muy revolucionaria; pero así estaba mejor, era más hermosa, aunque la pública utilidad rabiase de coraje. Una señal de alarma de los dos perros sacó a Isidro de sus divagaciones.

Su primer acto apenas triunfase sería venir á buscarle para llevarlo otra vez al palacio situado en la cumbre de la colina, rodeándole de tantas comodidades y homenajes como si fuese un dios. Pero mientras llega ese momento continuó Popito él teme por la vida de usted, gentleman, y le recomienda que no tenga confianza en ninguno de los que le rodean.

Dijéronle una vez que iba perdida la elección que él manejaba; gritó él furioso: «¿Perder el cura de Anles una elección?», y, al gritar, dio el más soberano puntapié a la urna, que era un puchero, haciéndola volar en miles de pedazos, desparramando las cédulas y logrando, con tan sencillo expediente, que su candidato triunfase. La hazaña le valió la gran cruz de Isabel la Católica.

Y no fué la victoria en favor sólo del catolicismo, sino también para conservar ó restaurar el lazo ó principio unificante de la civilización europea, que los protestantes habían roto; para hacer que triunfase dicha civilización, amenazada por nueva barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mérito de nuestras obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los protestantes denigraban y hacían odiosa á la divinidad y esclavizaban á la humana naturaleza, sacrificándola en aras de una predestinación y de una gracia, caprichosas y ciegas.

Mas para que esta idea triunfase por completo, faltaba aclarar el siguiente punto: ¿Había faltado Jacinta con el señor de Moreno? Porque si había faltado, allá se iba la una con la otra, y tan buena era Juana como Petra. Nunca pudo la señora de Rubín llegar en sus cavilaciones a una solución terminante en este punto oscurísimo.

Por nada del mundo hubiera gustado de que silbasen a la Stolz como la habían silbado a ella, a no tener a la mano otro D. Joaquín para consolarla de la silba. Rafaela quiso, pues, que la Stolz triunfase, y se propuso contribuir a su triunfo. Y como Rafaela además era aficionadísima a la música, no se resignó a dejar de oír a tan egregia cantarina.

Y llegado que fué Inca Yupanqui á la ciudad del Cuzco, mandó á su amigo Vicaquirao que volviese á su padre Viracocha Inca, y que le dijese que viniese á su ciudad, que le tenia guardadas las cosas ya dichas para que dellas triunfase; y ansí mandó que saliesen con él tres mill hombres que le guardasen y acompañasen. Y ansí, se partió Vicaquirao; y llegado que fué al peñol do Viracocha Inca estaba, hallólo que estaba en grande llanto él y los suyos por la muerte de los que Inca Yupanqui les matara en la emboscada, en la cual habian sido muertos muchos señores principales de los que con él tenia; y como tuviese nueva Viracocha Inca que de hácia el Cuzco venia gran golpe de gente de guerra, tenia que volvia su hijo sobre él á le matar á él y á los suyos que consigo tenia, y entró allí en breve consulta con los suyos, en la cual acordaron, que si de guerra venia su hijo sobre él y caso fuese que á plática viniesen de algun concierto ú otra cosa en que fuese pedille vasallaje, que hiciese todo aquello que por él le fuese pedido é demandado.

Siempre que leía uno de mis artículos contra los enemigos de la candidatura del gobierno, celebraba con entusiasmo los insultos más atroces. ¡Qué pluma la suya, Maltranita!... ¿Cómo pagarle sus servicios á la buena causa? Muy fácilmente; yo no podía aspirar á una legación diplomática ni á un ministerio cuando triunfase nuestra candidatura; eso quedaba para los mejicanos.

La codicia había sido, sin embargo, peor que la lascivia, ya que, si bien toda revolución herética o impía empezaba con deportes, amoríos y relajación de costumbres, siempre era la codicia la que lograba que triunfase, convirtiendo la revolución en cucaña, en cuyo extremo superior se ponían los bienes de la Iglesia.

Estos intelectuales con fusil se consideraban los paladines de una cruzada civilizadora. Querían que triunfase definitivamente el hombre rubio sobre el moreno; deseaban esclavizar al despreciable hombre del Sur, consiguiendo para siempre que el mundo fuese dirigido por los germanos, «la sal de la tierra», «la aristocracia de la humanidad». Todo lo que en la Historia valía algo era alemán.

Palabra del Dia

godella

Otros Mirando