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Actualizado: 8 de noviembre de 2025


En mitad del anfiteatro se alzaba el palco destinado a la Asamblea de la Unión, con su tribuna al centro, y flanqueado de otros dos más bajos, pero mayores, destinados a las comisiones del partido.

Las dimensiones de esta tribuna parecen poco capaces para su objeto, aunque llenan cuanto permite los límites en que está construida. El techo de este antiguo salon es de una decoracion hermosa y grave, que reune la circunstancia de la solidez.

Helado y sobrecogido, oye en la oscuridad la voz de su hermano que le habla con el cuerpo fuera de la tribuna y los ojos lucientes de fiebre, como un poseído. No pises sobre la sepultura de mi madre... ¡Ladrón! DON FARRUQUI

Como era tanta la gente que acudía a oír la misa solemne, ésta se celebraba al aire libre en un altar erigido en la trasera de la iglesia. Los fieles la oían esparcidos debajo de los castaños. Debajo de los castaños había también una tribuna para los cantores formada con cuatro bancos.

Vas a casa al momento, y dices a Amaranta, que si quiere ver a Inés y aun hablarla, vaya a las Cortes. Ella tiene cédula para la tribuna. ¿Qué dice usted? exclamé con asombro . ¿Que Inés está en las Cortes? , se han plantado en San Felipe las tres niñas beatas. ¿Qué te parece?

Al ver a la Tribuna, se echó a reír con opaca risa. Hola, chica... salú y fraternidá. ¿Cómo está tu madre? ¿Y la revolusión, cuándo la hasemos? ¿Cuándo me preclamas a reina de España? Y como Amparo procurase escabullirse, la vieja subió el tono de sus carcajadas, semejantes al chirrido de una polea, y que hacían retemblar su vientre de ídolo chino.

Ana, viuda a la sazón de su capitán mercante, que andaba allá por Ribadeo, se prestó gustosa a ser, en cierto modo, la dueña guardadora de la Tribuna. Por su parte Baltasar se apoderó de Borrén. Estaban aún los dos enamorados en el período comunicativo. ¿Te dio palabra de casarse contigo? preguntaba Ana a su amiga.

Siento cierto remordimiento, pues me parece que los del Jockey jugamos con ventaja sobre los de la tribuna popular, porque ellos no han visto, como nosotros, al propietario, y les falta, por lo tanto, este «dato» seguro del jaquet y la galera, infalibles detalles de ganador que nos ofrece nuestro distinguido y simpático consocio.

Dicen que es un bruto; pero lo cierto es que hace ruido y nos sirve bien, pues me cuesta un ojo de la cara cada párrafo de aquéllos que sublevan la multitud y ponen al pueblo encendido... ¡Y hay otros tan reacios, don Elías...! Anteanoche subió á la tribuna uno que suele venir ahí con el barbero Calleja: ¡qué voz de becerro tenía!

Era igual el número de hombres al de mujeres; y si entre aquéllos los había de distintas edades, éstas eran todas jóvenes y hermosas. Los criados vestían riquísimos trajes, y un sin fin de músicos tocaban armoniosas sonatas en lo alto de una gran tribuna.

Palabra del Dia

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