Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de junio de 2025


En el tresillo, en el gabinete de lectura, en el billar, en las salas de conversación, de dominó y ajedrez, había siempre las mismas personas, los aficionados respectivos; pero el cuarto del crimen era el lugar donde se reunían todos los oficios, todas las edades, todas las ideas, todos los gustos, todos los temperamentos.

Mi padre no puede estar más satisfecho y orondo; asegura que está completando mi educación; que usted le ha enviado en un libro muy sabio, pero en borrador y desencuadernado, y que él está poniéndome en limpio y encuadernándome. El tresillo, si es parte de la encuadernación y de la limpieza, también está ya aprendido. Dos noches he jugado con Pepita.

Muchos extremos de admiración hace mi padre al notar mi ignorancia de ciertas cosas. Esto de que yo no sepa jugar al tresillo, siquiera al tresillo, le tiene maravillado. Tu tío te ha criado me dice debajo de un fanal, haciéndote tragar teología y más teología, y dejándote a obscuras de lo demás que hay que saber.

Los muchachos no tienen en qué pensar, y como no han de ir a jugar tresillo con nosotros, se van por esos mundos de Dios, o del Diablo, y... ¡ustedes saben lo que sigue!... Y he dicho y preguntado más que Ripalda, y aquí paz y después ¡gloria! Amén. Gruñó el reloj de pesas, y soltó el repique de sus campanas disonantes. Eran las siete de la noche.

Se le figuraba que en aquel antro donde se penetraba con silencio misterioso, donde se contenía toda alegría, toda expansión del ánimo, no se podía hacer nada lícito. Los más bulliciosos muchachos al entrar en el gabinete del tresillo se revestían de una seriedad prematura; parecían sacerdotes jóvenes de un culto extraño.

Y vamos corriendo a casa del muy ilustre señor deán de la catedral basílica, donde nos espera este señor en compañía del maestrescuela y del cura de San Rafael para ventilar el tresillo cotidiano. Cuando el chapó se prolongaba algo más de lo acostumbrado, solía venir un monaguillo al Círculo para avisarle de que sus compañeros estaban reunidos.

Es probable prosiguió Rafael . Cuando me vi encargado de esta tarea, sin saber a qué santo encomendarme, se me ocurrió la luminosa idea de acudir a mi prima y pedirle licencia para traer al príncipe a su tertulia, porque de este modo podrá conocer las mujeres más bellas y amables, la sociedad más escogida y añadió en voz baja y señalando con el dedo la mesa del tresillo las antigüedades más notables de Sevilla.

Hallábase el señor Visitador en el salón de su casa echando una mano de tresillo con unos amigos, y acababan de hacerle puesta real en solo de oros con estuches, falla y rey enano, cuando entró su mayordomo y, llamándolo aparte, le dijo: Un caballero quiere hablar en el instante con su señoría. ¡Algún importuno! Que vuelva mañana. ¿No te ha dicho su nombre?

Acaba, pesado. Son dijo solemnemente Rafael regeneradores incomprendidos. Algunas noches después de esta escena, las vastas galerías de la casa de la condesa estaban desiertas. No se veían allí más figuras que las del antiguo testamento, como Arias llamaba a los jugadores de tresillo. ¡Cómo tardan! dijo la marquesa . Las once y media y todavía no parecen.

¡Jesús! ¡Jesús! ¡Vaya todo por Dios! exclamó el clérigo tapándose los oídos, pero sin enfadarse. No sea usted tan malo, D. Martín. D.ª Eloisa, que bien advertía lo que estaba pasando, se levantó al fin de la silla y vino hacia ellos, preguntando con mal humor: ¿No juegan hoy al tresillo? Vamos allá, vamos allá respondió su marido, sofocando la risa que le fluía del cuerpo, como a los demás.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando