Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de junio de 2025


Mientras los niños jugaban con su madre en el campo, como pequeños salvajes, el enfermo tosía recluido en su dormitorio, detrás de los cristales, o se asomaba a la puerta buscando un rayo de sol. Por las noches, a altas horas, era la visita de la musa, enfermiza y melancólica, y sentado al piano improvisaba entre toses y gemidos su música, de una voluptuosidad amarga.

Buenos días, mi ruiseñor dijo Stein, que al oírla había salido al patio. Por vía del ruiseñor, ¡ehe, ehe, ehe, ehe! gruñía y tosía Momo , ¡ruiseñor y es la chicharra más cansada que ha criado el estío!, ¡ehe, ehe, ehe, ehe! Ven, María prosiguió Stein , ven a escribir y a leer los versos que traduje ayer. ¿No te gustaron?

Gabriel tosía, con el espinazo dolorido por el encierro en la movible mazmorra, y la majestad de la marcha turbábase con las voces de mando del canónigo Obrero, que, con vestiduras rojas y una vara en la mano, dirigía la procesión, reprendiendo muchas veces, por sus movimientos desordenados, a los timoneles y a los que impulsaban el catafalco.

Le llamaban el Cantó, como a todos los que en la isla cantan versos nuevos en bailes y serenatas. Era un mozuelo alto, paliducho y estrecho de hombros, un atlot que aún no había llegado a los diez y ocho años. Al cantar, tosía y se hinchaba su frágil cuello, arrebolándosele el rostro, de una blancura transparente. Sus ojos eran grandes, ojos de mujer, con el lagrimal de color rosa muy saliente.

Darwin diga en la sección de Variedades que el hombre desciende del mono? Pues que no traduzcan tales badajadas... ¡Buen mono estará ese traductor! El que se oía llamar de esta suerte, o majadero, o adoquín, se hacía el desentendido y bajaba aún más la cabeza fingiéndose enteramente embebecido en su trabajo. Pero alguno de los compañeros tosía maliciosamente y los demás se echaban a reír.

Estaba hablando el señor Goycochea, un vasco de ojos claros, membrudo, bajo de estatura, la cabeza cana y el bigote y la barbilla teñidos de rubio con cierto descuido que dejaba visible el blanco de las raíces capilares. Maltrana le tenía por el más rico de los tres. Bastaba ver el respeto de sus compañeros, que callaban apenas tosía él indicando su deseo de hablar.

Don Diego no sabía reír y la risa de su madre se asemejaba a una mueca nerviosa. El doctor, franco y alegre como un champañés, parecía dar la nota discordante cuando arrojaba su grano de sal en la conversación. Germana aun tosía alguna vez y conservaba en su cara la expresión inquieta que da el presentimiento de la muerte.

Se arrimó á uno de los nogales y durante buen rato salieron de su boca ciclópea profundos, temerosos estallidos mientras su vientre se agitaba como la montaña de un volcán en erupción. ¡Dejadlo, dejadlo... no podía más!... Aquello era lo más gracioso que había oído en su vida. También el alcalde, arrimado á otro árbol, reía y tosía hasta querer reventar.

Toda la Inclusa era nuestra, y en tiempo leitoral, ni Dios nos tosía, ni Dios, ¡hostia!... ¡Aquél , aquél !... A cuenta que me cogía del brazo y nos entrábamos en un café, o en la taberna a tomar una angelita... porque era muy llano y más liberal que la Virgen Santísima. ¿Pero estos de ahora?... es la que dice; ni liberales ni repoblicanos, ni na.

Los dos hijos de Materne se habían agarrado del brazo, como si tuvieran miedo de perderse, y su padre, detrás de ellos, apoyado en la pared y el codo en el cañón de la carabina, les miraba con satisfacción. «Están aquí, los estoy viendo parecía decirse el anciano ; son fuertes los muchachos; los dos han logrado salvar el pellejo.» Y el valiente guerrillero tosía en el hueco de la mano.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando