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Actualizado: 18 de junio de 2025
El toro volvió a embestir y el joven lo esquivó segunda vez, con un recorte a la izquierda, siguiendo del mismo modo hasta llegar cerca de la barrera.
Viéndose a solas en la habitación conyugal pues había vuelto a ella al abandonar su cuarto de enfermo , plantábase frente a un espejo y se perfilaba lo mismo que si estuviese ante un toro, poniendo un brazo sobre otro en forma de cruz, cual si tuviera en sus manos la espada y la muleta. ¡Zas!
Al frente de la del O. y en la parte esterior se hallan nueve toriles, dispuestos de modo que, todos tienen salida a un patio común con objeto de sacar el toro que se quiera, sin necesidad de incomodar a los demás.
Los hijos de los que asistían con religioso y concentrado entusiasmo al achicharramiento de herejes y judaizantes se dedicaron a presenciar con ruidosa algazara la lucha del hombre con el toro, en la que sólo de tarde en tarde llega la muerte para el lidiador. ¿No es esto un progreso?... Ruiz insistía en su idea.
Allí se habían olvidado por completo de que formaba parte del programa de los regocijos y festejos con que se celebraba el día del Santo, un toro de cuerda, que entonces fue vaca, como hemos dicho.
Ya decía yo bien. ¡Como hay Dios! ¡será una hermosa corrida! Entonces fueron los aullidos de alegría, los gritos de admiración convulsiva, gritos que hubieran resucitado a un muerto. ¡Bravo, toro! ¡bravo! gritaron todas las voces de la multitud... ¿Todas?... no, una sola faltó, la de la joven de la flor de almendro.
Navarrete, Vida de Cervantes, pág. 248. Pellicer, Vida de Cervantes, pág. 193. «Esta historia verdadera Que halló su autor en Italia Del Caballero de Illescas.» Dedicatoria de Las Almenas de Toro, parte 14. Dorotea, lib.
Otra estocada del mismo género, quedando descubierta la hoja de acero en más de una mitad. No se arrima comenzaban a protestar en los tendidos . Les ha tomao asco a los cuernos. Gallardo abría los brazos en cruz frente al toro, como dando a entender al público situado a sus espaldas que el animal ya tenía bastante con aquella estocada y que de un momento a otro iba a caer.
Salimos de Salamanca y, llegando a la puente, está a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal y, allí puesto, me dijo: "Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro dél." Yo simplemente llegué, creyendo ser ansí.
Como los caballos marchaban dócilmente a pocos pasos delante del hombre, pudieron llegar juntos a la chacra del dueño del toro, siéndoles dado oir la conversación. Es evidente, por lo que de ello se desprende, que el hombre había sufrido lo indecible con el toro del polaco.
Palabra del Dia
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