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Actualizado: 11 de julio de 2025
Viendo los Canarios que no podian cogerle, hicieron tocar á rebato, y trageron dos tiros, que dispararon cuatro veces contra el navio mas cercano. El primero hizo pedazos una olla de agua, de cuatro ó cinco arrobas; el segundo quebró el último árbol de la nave; el tercero hizo un agujero grande en el costado, y mató á un hombre, y aunque erraron el cuarto, quedó muy maltratada la nave.
En esto entró don Claudio Fuertes, y se habló de otras cosas; y cuando llegó el momento de salir los tres a voltejear por la villa, dijo el boticario al comandante retirado: Si tocan ustedes en el muelle, enséñeles el yacht, aunque está fondeado un poco lejos. Ya van enterados de todo... Eso es. De tiros largos
Lo mismo el público que los críticos viven ahora constantemente alerta contra la inverosimilitud, y apenas un pobre autor echa el pie fuera del camino trillado, caen todos sobre él con el dictado de falso en los labios. Pero, por lo común, sólo contra la inverosimilitud material dirigen sus tiros. La inverosimilitud moral se les escapa la mayor parte de las veces.
El estrépito de los tiros, el humo de la pólvora, despertaban en su imaginación belicosas fantasías, historias de lucha y de muerte en las que siempre era un héroe triunfador. ¡Veinte años, y aún no se había batido!... Necesitaba un lance para dar prueba de su coraje. Era una desgracia que no tuviese enemigos, pero ya procuraría crearse alguno cuando volviera a la Península.
Cada vez que veía levantarse una columna acuática á impulsos de un proyectil, repetía el mismo consejo: ¡Tiéndete, Ulises!... ¡Van tirar contra el puente! Era un recuerdo de su lejana juventud de contrabandista, cuando se acostaba en la cubierta de su barca manejando el timón y la vela bajo los tiros de los vigilantes del resguardo.
Mientras el frente español aumentaba sus tiros, resistiendo a las innumerables guerrillas francesas que al abrigo de sus posiciones medio atrincheradas hacían fuego mortífero, la artillería continuaba a retaguardia, y la caballería, asimismo fuera de acción, recibió orden de ocupar un cerro a mano derecha.
Cuando Napoleón entró en España con su ejército, para quitarles a los españoles la libertad, los españoles todos pelearon contra Napoleón: pelearon los viejos, las mujeres, los niños; un niño valiente, un catalancito, hizo huir una noche a una compañía, disparándole tiros y más tiros desde un rincón del monte: al niño lo encontraron muerto, muerto de hambre y de frío; pero tenía en la cara como una luz, y sonreía, como si estuviese contento.
Pero Dios que no se olvida nunca de los suyos, aunque ellos se olviden de El, lo había dispuesto de otro modo: no bien se había leído el último renglón del decreto del notario, cuando se oyó en la calle un espantable ruido. Esto son tiros exclamó Cuadrado, que era el único que alguna vez los había oído desde lejos.
Con esta indumentaria se creyeron en el caso de visitar las tabernas como sus maestros, alborotar en ellas y sacar de vez en cuando la navaja á relucir. Al poco tiempo hubo en aquel valle atrasado tantos tiros y puñaladas como en cualquier otro país más adelantado.
Esto es... esto dijo ella. Y puso delante de los ojos de su marido un papelito amarillo, que decía: Teatro principal. Palco principal, núm. 7. Esto es que vamos al teatro, al palco del Gobernador militar que, como no tiene familia, casi nunca lo ocupa. Conque, hala, tío, a ponerse de tiros largos; y tú, Bonis, ven acá, te visto en un periquete.
Palabra del Dia
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