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Actualizado: 11 de mayo de 2025
El Californian lanzaba por el telégrafo sin hilos la llamada de peligro, el S. O. S., fórmula que sólo se emplea cuando un buque necesita socorro. Luego, en el espacio de unos segundos, la voz misteriosa había esparcido su relato trágico á través de centenares de millas. Un sumergible acababa de aparecer á corta distancia del Californian, disparándole varios cañonazos.
Cuando Napoleón entró en España con su ejército, para quitarles a los españoles la libertad, los españoles todos pelearon contra Napoleón: pelearon los viejos, las mujeres, los niños; un niño valiente, un catalancito, hizo huir una noche a una compañía, disparándole tiros y más tiros desde un rincón del monte: al niño lo encontraron muerto, muerto de hambre y de frío; pero tenía en la cara como una luz, y sonreía, como si estuviese contento.
Entre tanto, el Mapono atizaba con rabia infernal á los suyos, y cerca de una hora estuvieron disparándole saetas sin causarle más daño que romperle el vestido; bien que al levantar en alto aquella santa imagen, le corrieron por los brazos extraños dolores y le impidieron el uso de ellos.
Subió de tres en tres peldaños la escalera de su casa, y le abrió la puerta la tía Roma, disparándole á boca de jarro estas palabras: «Señor, el niño parece que está un poquito más tranquilo.» Oirlo D. Francisco y soltar los cuadros y abrazar á la vieja, fué todo uno. La trapera lloraba, y el Peor le dió tres besos en la frente. Después fué derechito á la alcoba del enfermo y miró desde la puerta.
A los barrenderos les hizo aquello mucha gracia, y poniéndose en marcha con las carretillas por delante y las escobas sobre ellas, siguieron detrás de Mauricia, como una escolta de burlesca artillería, haciendo un ruido de mil demonios y disparándole bala rasa de groserías e injurias. La boda y la luna de miel i
Y si la niña le tirase un guante diciéndole: Bésalo, quisiera ver en qué forma se negaba a besarlo. ¿Te vas calmando, Gonzalo? dijo disparándole una sonrisa capaz de volver loco a San Antonio. Así, así. Bueno, pues ahora hablemos en serio... hablemos de nuestra situación... Gonzalo se puso serio.
Después, el abuelo se disfrazó de gaucho, sin serlo, para dar gusto al dictador Rosas, y tomó su mate teniendo por sillón un cráneo de caballo. Otro abuelo copió a los románticos franceses en su traje, su peinado y su énfasis, peleando en los muros de Montevideo contra el tirano y disparándole odas y folletos en los momentos de reposo.
Palabra del Dia
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