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Actualizado: 19 de noviembre de 2025
Ya ves, Lorenzo, con esta velocidad vamos doscientos o trescientos pasajeros, más o menos acaudalados... felices... de alta posición social... de gran porvenir muchos... en manos del maquinista, que actúa bajo una sola y tenaz preocupación: velar por nuestra vida. Un movimiento de despecho, de envidia ruin si cupiera en su alma fuerte y sana, bastaría para concluir con todos nosotros.
Temblaba yo al apearme del caballo; estaba yo rojo como una guindilla, y las miradas de cuantos en aquel instante me veían se me antojaron hostiles y burlonas, particularmente las de cierto mancebo muy gallardo que conversaba con otros empleados a la puerta del «rayador». Mirábame de pies a cabeza, con cierta insistencia insolente y tenaz, como sorprendido de mi ridículo aspecto de colegial convertido en jinete.
Mas por encima de los mil pensamientos y fantasmas que daban vueltas en ella, asomaba una idea fija, tenaz, que la impulsaba inconscientemente a abrirse paso con los codos por la muchedumbre, seguida de la doncella, que no comprendía el afán de su señorita. Cuando estuvieron próximas a la rectoral, la joven se detuvo unos minutos.
¡Ese hombre lo sabe todo! Ese hombre trabaja por su cuenta, es astuto, tenaz, y sabe aprovecharse de las debilidades, de los vicios, y aun de los crímenes de las personas que necesita. ¿Pero cómo sabe el bufón del rey?... ¿Que doña Ana os esperaba creyendo esperar al rey? Se lo ha dicho el cocinero de su majestad. Es necesario cerrar las bocas de esos dos hombres.
Hace tres años que padece hambres y penas, y, sin embargo, jamás se ha quejado. Ya conoce mi carácter, sabe que cuando Burton Blair resuelve hacer una cosa ¡por Job! la hace y apretó fuertemente sus enérgicas quijadas, mientras en sus ojos se reflejó una mirada de decisión y persistencia tenaz, la más terrible que he visto en un hombre.
Allí tuvieron su colegio los Jesuitas hasta su expulsion en 1847. Al recorrer los vastos corredores, las soberbias escaleras y los innumerables salones y aposentos del edificio, no puede uno ménos que admirar el talento y la prevision con que la tenaz Compañía sabe establecer donde quiera su residencia y hacerla seductora para la tierna juventud y la infancia.
Mas nó; los elementos obedecen sólo una ley, y ante ella, cual el suelo, los infinitos mundos se estremecen. Mintió quien en tu sér forjó su anhelo... Mas... ¿por qué mis pestañas se humedecen al levantar los ojos hácia el cielo? A mi ruego tenaz por fin rendida, ella, oculta en la sombra, me esperaba, y yo, de orgullo y gozo el alma henchida, buscándola, en la sombra caminaba.
Necesitaba olvidar su vergonzosa torpeza aquel recuerdo tenaz como un remordimiento, y, se aturdía cerca de la protegida de su madre.
La fiebre devorante del amor, que es la vida de los fuertes, lo dominaba. Cada día amaba más a María Teresa; ella lo sabía, y, sin embargo, dentro de algunas semanas sería la mujer de otro... Este tenaz pensamiento hacía palidecer su semblante, y daba a su mirada una expresión singular.
Era su idea fija y tenaz... ¡Si volviese a la vida, aunque fuese para morir a los pocos instantes! El cumpliría su deber y quedaría más tranquilo: la pasión de su existencia tendría un final digno. Correría a su lado, para no abandonarla hasta el último momento.
Palabra del Dia
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