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Actualizado: 27 de junio de 2025


Es de esperar que cimentado este paso, si llega el desgraciado momento de saberse sin duda alguna la pérdida absoluta de la Península, se halle el distrito del vireinato de Buenos Aires sin los graves embarazos que por la incertidumbre, y falta de legítima representacion del Soberano en España á la ocupacion de los franceses, la pusieron en desventaja para sacudirse de ellos: puesto que, tanto como el enemigo descubierto invasor, debe temerse y precaverse el que desde lo interior promueve la desunion, proyecta la rivalidad y propende á introducir el conflicto de la suerte política no prevenida.

Fernan Jiménez de Arenós, aunque por el concierto pudiera dividirse, y gobernar solo por , no quiso apartarse de Berenguer de Entenza, porque le pareció que no perdia reputacion en obedecer á un hombre igual en sangre, y mayor en años, y tambien por ser muy pocos los que le seguían, y temerse de Rocafort; y así Berenguer, y Fernan unieron sus fuerzas por ser mas respetados, y temidos.

Á pesar de lo tranquilo, apacible y frío que parecía, era de temerse que existiera en él un fondo de malignidad, hasta entonces latente, pero ahora activa, que le impulsaba á imaginar una venganza más íntima que la que ningún otro mortal hubiera tomado jamás de su enemigo.

Añadían ambas que Antoñuelo era travieso y muy tronera, que daba a su padre grandes desazones, que de él podían temerse mayores males aún y que a Juanita ni remotamente le convenía para novio; pero ella no acertaba a prescindir del cariño fraternal que le tenía, ni a prohibirle que viniese a verla, ni a dejar de darle buenos consejos y amonestaciones, los cuales eran el asunto de los cuchicheos.

Con esta atolondrada podía temerse todo. Y Nélida agradeció su miedo como una manifestación de amor, acariciándole la cabeza, hundiendo sus manos en sus cabellos, alborotándolos.

Máxima, á la verdad, que si se hubiera seguido por sus subordinados, podia temerse con razon, y segun la disposicion en que se hallaban los ánimos de aquellos habitantes, hubiera dado al traves con las pocas reliquias de fidelidad que habian quedado: pudiéndose asegurar esto sin recelo de exceder los límites de una prudente congetura, pues, aunque en las ciudades capitales y en algunos rincones de pocas provincias, se aparentaba mucho afecto al partido del Rey, estaban muy pocos corazones de parte del Soberano; y si el tirano hubiese tenido ocho ó diez sugetos capaces de conformarse y egecutar sus deliberaciones, se hubiera visto seguramente representar en el Perú la segunda parte de la catástrofe acaecida en las colonias Anglo-Americanas, y el nombre de Tupac-Amaru y el de sus subalternos, en los siglos venideros seria tan admirado y respetado como el de Washington y de los demas generales de aquella nueva república.

Así se presentaron en Peleches al rayar las doce y media, el boticario don Adrián Pérez y su hijo Leto: el primero radiante de gozo, y el segundo no tan acoquinado como era de temerse por lo que de él se sabe.

Hasta mi madre prefiere quedarse al lado de su hermana, diciendo que los alemanes son muy buenos, muy civilizados y nada puede temerse de ellos cuando triunfen. Al doctor parecía molestarle esta buena opinión. No se dan cuenta de lo que es la guerra moderna, ignoran que nuestros generales han estudiado el arte de reducir al enemigo rápidamente y que lo emplearán con un método implacable.

Como ninguno de cuantos sugetos hay en este establecimiento han trabajado como Vd., en los reconocimientos de la costa del mar, puertos, rios y terrenos, ni tienen tan general inteligencia en estas materias, me informará Vd. si por la dificultad que se experimenta en la navegacion de este rio, y la barra de su boca, que no permite paso para mas embarcaciones que pequeñas, está imposibilitada y defendida por naturaleza la comunicacion que puede temerse de los enemigos de la corona: teniendo presente en este informe los puertos de San José y San Antonio, como todo aquello que Vd. advierta y pueda conducir sobre los frutos que ofrecen estos terrenos, aguas, indios, y demas que hay en cuanto á reconocido, y noticias que ha adquirido.

Y sucedió lo que era de temerse: el estruendo de esta explosión de dolores profundamente sentidos, se fue propagando por toda la casa, en la cual acabaron por llorar a gritos también hasta los que no habían pensado llorar de ninguna manera, y los lazos de la disciplina y de los humanos respetos, muy relajados ya durante la agonía del patriarca, acabaron de romperse con este descomunal y plañidero vocerío: invadieron la estancia mortuoria gentes que en tropel brotaban de todos los senos del caserón, y todas querían ver al muerto, y todas le veían al cabo, y todas lloraban y gemían después más reciamente por el espanto de haberle visto.

Palabra del Dia

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