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Actualizado: 24 de julio de 2025


Esta larga exhortación de todos, que le había costado un extraordinario esfuerzo de palabras, fue pronunciada con el tono dulce y persuasivo con que se trata de conseguir que un enfermo tome su medicina o una taza de caldo que le inspirara repugnancia. Hasta entonces Silas no había sufrido presión tan directamente a propósito de su ausencia de la iglesia.

Yo te haré una taza de . ¡Y para qué quiero yo , desventurada!... dijo el otro en un tono tan descompuesto, que a Jacinta se le saltaron las lágrimas . ¡...!, lo que quiero es tu perdón, el perdón de la humanidad, a quien he ofendido, a quien he ultrajado y pisoteado.

Su contrario don Pedro se limitó sencillamente a dejarse caer en un sofá y pedir una taza de tila. Mas no hubo otro remedio que acudir a donde el honor los llamaba.

Viva en la corte ufano el soberbio político muriendo, y en solio soberano vivan con él los que le están vendiendo; que yo sin esta muerte contento vivo con mi humílde suerte. Beba en taza dorada el príncipe mayor: tenga su mesa de siervos rodeada; que yo á quien de esta vanidad no pesa, bebo en taza de hielo el líquido cristal de un arroyuelo.

Tomó con mano temblorosa la taza que le presentaban, y después de vacilar un instante, se decidió a llevarla a los labios. Fuese aprensión o que en realidad el te estuviese mal hecho, lo cierto es que percibió un extraño y desagradable sabor. Dejó caer la taza al suelo, y sujetando a su esposa por la muñeca con fuerza le preguntó furiosamente: ¿Qué has echado en este te?

No supo replicar nada oportuno, ni siquiera lanzar una exclamación de censura. Llevóse la taza a la boca para encubrir la turbación, y Sabel, creyendo terminado el coloquio, se retiraba despacio, cuando el capellán le dirigió una pregunta más. ¿El señor marqués anda ya levantado? , señor.... Debe estar por la huerta o por los alpendres.

¡A comer, papá! ¡Vamos, que sólo tiene usted en el estómago una taza de ! Vamos, «muñeca», vamos; contestó lentamente, levantándose del sillón dame tu brazo.... Ya tu papá está muy cascado.... ¡Ha trabajado mucho!... Los años no pasan así, como quiera, sin estropear a uno.... Entre tía Pepa y yo llevamos a la enferma a su cuarto. No quiso ir al comedor.

Y ante esta idea que la aterraba, la infeliz mujer, abrumada por el dolor y debilidad por la inanición, sufrió un ligero desvanecimiento. Hízola la marquesa tomar una taza de caldo y una copa de vino generoso, y poco a poco logró al fin tranquilizarla.

Y llena de júbilo, se arrojó a Stein, le estrechó en sus brazos y le estampó un beso en la frente. Y a todo esto, ¿quién es usted? dijo la tía María, después de haberle dado una taza de caldo . ¿Cómo ha venido usted a parar enfermo y muriéndose a este despoblado? Me llamo Stein, y soy cirujano.

Aprieta la mano de su hermano más cordialmente que nunca, y lo mira en silencio en el fondo de los ojos, como si tuviera que hacerse perdonar una falta grave. Gertrudis tiene la palidez que causa una noche de insomnio. Su mirada evita la de Juan, y la taza de café que le ofrece suena en sus manos temblorosas.

Palabra del Dia

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