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Fué él en los arsenales del desierto, cuando pasamos por el Canal de Suez; adelantándose en la proa de un barco mercante, cuando entramos en Malta, resbalando sobre las rosadas montañas de Sicilia y emergiendo de los mares que cercan el Peñón de Gibraltar.

Los romanos, poco navegadores, ni aun fijaron su mirada en el Istmo de Suez, porque sus legiones estaban habituadas a recorrer la tierra entera con su paso marcial. Ha sido necesario el portentoso desenvolvimiento comercial del mundo de Occidente, para que el sueño de abrir rutas marítimas nuevas y económicas se convirtiese en realidad.

Finalmente, al ser abierto el istmo de Suez, se desdoblaba la ciudad de un modo prodigioso, pasando á ser un puerto mundial, poniéndose en contacto con la tierra entera, multiplicando sus dársenas, gigantescos apriscos adonde venían á aglomerarse como rebaños los buques de todos los pabellones.

Debo declarar, sin merecer a mi juicio el reproche de escéptico, que fundo hoy poca importancia en esta cuestión de garantías, tratados que se lleva el viento cuando hincha la vela de los intereses . Y en ese rumbo de positivismo marcha hoy el espíritu humano; los publicistas gritan, pero la Europa se encoge de hombros cuando Wolseley echa mano del Canal de Suez, y en obsequio de una operación militar interrumpe el tránsito, no a la bandera insurreccional de Arabí, sino al comercio universal.

El director de la oficina le indicó un vapor francés que salía aquella misma tarde para Marsella, procedente de Suez. El se encargaba de arreglar todo lo concerniente á su pasaje y de recomendarlo al capitán.

El Canal de Panamá. Corinto, Suez y Panamá. Las viejas rutas. Importancia geográfica de Panamá. Resultados económicos del canal. Dificultades de su ejecución. La mortalidad. El clima. Europeos, chinos y nativos. Fuerzas mecánicas. ¿Se hará el Canal? La oposición norteamericana. M. Blaine. ¿Qué representa? El tratado Clayton-Bulwer. La cuestión de la garantía. Opinión de Colombia.

Lo que Filipinas ha adelantado en confort y buen gusto de pocos años á esta parte, merece otro capítulo. Mejoras. Transformaciones llevadas á cabo por el canal de Suez. Seis meses reducidos á treinta días. Quietismo. Mares bíblicos. Orientales civilizaciones. Nuevos gustos y aficiones. Inmigración europea. Comparaciones. Notables variaciones. La nipa y el hierro. Maestrillos y arquitectos.

Es la perseverancia para habituar el espíritu público a encarar una empresa de tal magnitud con serenidad, con las vistas positivas de un negocio fácil y rápido; es la tenacidad de su lucha contra Inglaterra, que cree ver en ella comprometidos sus intereses. ¡La experiencia de Suez se ha embotado contra la implacable resistencia británica, y dentro de diez años se leerá con indecible asombra el libro que acaba de publicarse, en el que los hombres más notables de Inglaterra declaran un peligro para su independencia la perforación del túnel de la Mancha! ¡Tal así, vemos hoy el artículo sarcástico del Times, burlándose de Stephenson que pretendía recorrer con su locomotora una distancia de veinte millas por hora!

El pasajero que hoy cruza el Canal de Suez, bostezando ante el monótono paisaje de arenas y palos de telégrafo, no piensa nunca y hace bien, porque no hay motivo para agitarse la sangre en un sentimentalismo retrospectivo en los cadáveres que quedaron tendidos a lo largo de esos áridos malecones. Eran fellahs, esclavos sin voz ni derecho, y nadie habló de ellos.

El Mediterráneo le inspiraba desprecio, con sus puertos como Alejandría y Nápoles, verdaderos pudrideros de todo el detritus de Europa. «Desde Gibraltar a Suez decía , ladrones a la derecha y a la izquierda. Antes robaban en el mar, y ahora esperan en los puertosSu amistad con Sánchez Morueta, que databa de la infancia, le había proporcionado un retiro en tierra.