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Actualizado: 21 de junio de 2025
El orígen de nuestras tribus nómades, y de las sociedades sedentarias que actuaron aquí, en tiempos ante-colombianos, es el mismo de otros hombres de pátria lejana, porque, conviene repetirlo hasta que el público se convenza del interés que tienen esta clase de estudios: nuestras sociedades pre-históricas tuvieron contacto con otras de ambas Américas.
Para que los indios se empeñasen a trabajar en lo que fuese más útil a la provincia, al real erario y a ellos, pudiera disponer la misma junta provincial que en cada uno de los pueblos se señalasen premios a los que más se aplicasen y adelantasen en las ocupaciones o ramos más útiles, a la manera que se practica en España en las reales sociedades económicas de los amigos del país, sacando estos premios de los fondos comunes, según los tuviesen los pueblos, y dando de todo parte a la junta superior para su aprobación.
No estalló el rayo, pero el relámpago iluminó más de una vez los varoniles rostros. Tanto los oficiales de Bolívar como los de San Martín, pertenecían a la clase más elevada de las sociedades de Colombia y del Río de la Plata. La altivez nativa se unía a la jactancia castellana del valor.
En los mismos Campos Elíseos, aparte de sus jardines, bosques y palacios, cuéntanse innumerables cafés, fondas, salones de baile y todo lo que idearse puede: tambien adorna el citado paseo el Circo de la Emperatriz, de sólida y esbelta construccion. Hay tambien muchas sociedades de baile donde las sueltas y alegres modistas danzan con los estudiantes.
Sus efectos son bastante limitados, y por consiguiente, es de creer que los trabajos de Hahnemann y otros varios esperimentadores, entre los cuales se cuentan algunos indivíduos de sociedades alemanas, han agrandado el cuadro, aun cuando todavía no se comprende en la esfera de accion de este medicamento mas que los nervios designados, y la piel en sus relaciones con la mucosa gastro-intestinal.
Pendientes de los muros, en marcos coruscantes, exhibíanse varios títulos de individuo de honor de diversas sociedades, acreditando los méritos del marqués de Jiménez, y un tarjetón, prodigio de caligrafía, en el cual los compromisarios castellanos felicitaban a su «digno senador» por sus brillantes discursos en defensa de la protección a los trigos.
Al examinar aquello, renacieron los rencorcillos y las quejas que diferentes veces habían perturbado su espíritu... ¡Quien tal poseía la privaba de ponerse un vestido nuevo! ¡El dueño de aquella suma se empeñaba en vestir a su mujer como una ama de cura!... ¡Oh, qué hombre más ñoño!... Si, como él decía, en lo sucesivo iba a ser ella verdadera señora de la casa, precisábale variar de temperamento, mostrarse más exigente, y dar a las economías de la familia un empleo más adecuado a la dignidad de la misma... Guardar dinero de aquel modo, sin obtener de él ningún producto, ¿no era una tontería? ¡Si al menos lo diera a interés o lo emplease en cualquiera de las Sociedades que reparten dividendos...!
El Hispano-colombiano, aunque se impresiona mucho con todo lo que ve extraño, se cree siempre en su país y no se cuida de someterse á las exigencias de las costumbres extranjeras. Y sinembargo, no hay viajeros que se trasformen mas que los hijos de Hispano-Colombia, acabando por asimilarse todo lo que encuentran mas saliente en las sociedades europeas, sobre todo en Francia.
En el interior de Madrid las tiendas estaban desiertas, pues todas las personas que se juntaban para pedir o comunicar noticias se reunían en parajes ocultos, siendo de notar que ya entonces comenzaban a dar sus primeras señales de vida las sociedades secretas, aunque yo no vi ninguna, y digo esto sólo con referencia a vagos rumores.
Estos hechos, que son auténticos, me dieron mucho en qué pensar. El señor marqués y sus estorninos me parecieron representar el sistema económico de casi todas las sociedades humanas.
Palabra del Dia
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