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Actualizado: 17 de junio de 2025


Desesperado, y viendo desaparecer a su amada por aquel tajo, llega a la brecha, y furiosamente se derriba también por él, queriendo concluir su existencia allí donde verdaderamente había ya perdido su vida. El soldado y los demás sirvientes llegaron sólo para escuchar el murmullo de las aguas al tragarse los miembros del infeliz don Lope.

La elección de oficios o destinos que se les da a los muchachos, no es a la voluntad de sus padres, sino de los que los gobiernan o los necesitan; para la música elige el maestro de ella los que le parecen más a propósito; los curas emplean los que mejor les parece para acólitos y sirvientes suyos; lo mismo en los demás oficios y ocupaciones, sin que a sus padres les quede el arbitrio de repugnarlo.

Luego luego nos dió cuantos preciosos informes podian importarnos acerca de Francfort, con explicaciones muy interesantes, y nos ofreció mil pequeños servicios. Al salir del tren, se apresuró á conducirnos al mejor hotel y recomendarnos muy particularmente á la consideracion del hostelero y sus sirvientes, y luego nos pidió permiso para volver despues de algunas horas á visitarnos.

Los dos ancianos que se habían retirado a su dormitorio para recuperar las fuerzas después de las horas dolorosas de la mañana, se levantaron espantados. Llamaron a los sirvientes; pero éstos habían volado a hacer que la ciudad no quedara por más tiempo privada de las últimas noticias del triste acontecimiento. Sube dijo a su marido la mujer, tan resuelta de ordinario.

El pobre tiene inclinación a mirar con envidia al rico; sin embargo, debe recordarse que muchos hombres y mujeres que van cómodamente arrellanados en sus lujosos carruajes y servidos por sirvientes de librea, contemplan con anhelo a esos humildes trabajadores de las calles, bien convencidos de que esos millones de seres que ellos designan con el término de «las masas», son, en verdad, mucho más felices que ellos.

En cambio, el heroico comendador era adorado por los «hermanos sirvientes», hombres de armas de la Orden, simples soldados que sólo podían llevar sobre la coraza el adorno de media cruz.

A cada momento entraban sirvientes trayendo recados para ella: el doctor Trevexo la había mandado felicitar; los ministros habían hecho otro tanto; el señor Amador y el señor Palenque habían venido a hacerlo en persona. Mi tía rebosaba de orgullo y de entusiasmo.

¡Bah! es un absurdo que hayáis salido; ¿por qué no mandasteis uno de los sirvientes? No hay nada que hacer... está muerta... muerta desde hace varias horas, creo. ¿Qué clase de mujer es? dijo Godfrey, sintiendo que la sangre le subía a la cara. Una mujer joven, pero demacrada, con largos cabellos negros. Alguna vagabunda... toda cubierta de harapos; tiene, sin embargo, en un dedo una alianza.

Esta evocación hacía recordar a muchos el lugar donde estaban. Aquel hotel lujoso, con su música, sus tropas de sirvientes y sus salones, no era más que una caja flotante y bien acondicionada, debajo de la cual seguía latiendo la vida feroz y ciega, ignorante de la justicia y de la misericordia, lo mismo que en los primeros días del planeta.

Sin embargo, cuando miré mi cronómetro y vi que faltaba un cuarto para las dos, en el acto quedó descartada de mi mente la idea de que los sirvientes no estuvieran ya descansando. De pronto, en la pieza que quedaba debajo de la mía, claramente un ruido lento, áspero y desapacible. Luego, todo volvió a quedar en silencio.

Palabra del Dia

rigoleto

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