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Actualizado: 17 de junio de 2025
La impiedad y los vicios del héroe aterraban a la familia y escandalizaban a la isla. Tres moras jóvenes y una judía de gran belleza le acompañaban como sirvientes en las habitaciones de toda un ala del caserón de los Febrer, que era mucho más grande en aquella época. Además conservaba varios esclavos, turcos unos, tártaros otros, que temblaban al verle.
Los sirvientes han levantado la mesa, se han marchado. Es noche de invierno; en la chimenea una llama azul oscila entre los carbones. Ella conversa con más locuacidad, de mil asuntos, de la novena próxima, de un libro por demás liberal o cuyo argumento le parece inverosímil. Su conversación es sencilla, demasiado sencilla.
Sabia completamente las leyes de la gravitacion y de las fuerzas atractivas y repulsivas nuestro caminante, y se valia de ellas con tanto acierto, que ora montado en un rayo del sol, ora cabalgando en un cometa, andaban de globo en globo él y sus sirvientes, lo mismo que revolotea un paxarillo de rama en rama.
Y con solo esto son muy puntuales y eficaces sirvientes, sin que jamás se excusen a lo que se les manda, aunque sea trabajosísima la ejecución, y el mayor castigo que puede dárseles a estos sirvientes es el despedirlos, porque es cosa que les cuesta mucho sentimiento.
Unos en el suelo, otros en catres, dos o tres hamacas pendientes del techo, aquí un desvelado, allí un hombre feliz, dormido ya como una piedra, aquel que prolongaba su toilette de noche a la luz de un candil mortecino por cuya extinción suspirábamos, y al través de la puerta de la pulpería, el confuso ruido de nuestros portadores y sirvientes, que pretendían matar la noche alegremente.
Todos la quieren mucho a la señorita, que es hoy nuestra joven ama. Es muy buena con todos los sirvientes. Luego, como yo permaneciera silencioso, colocó preparada sobre la mesa mi luz, me hizo un saludo y diome las buenas noches.
Ahora estáis perdida. El mismo Mathys, si estuviera aquí, os echaría, del castillo. Marchaos, basta de cobardías inútiles, basta de mentiras; marchaos os digo. ¿Vais a obligarme a llamar a mis sirvientes para verme libre de vuestras súplicas hipócritas? Pero la viuda siguió arrastrándose a sus pies y balbuceando todas las súplicas que la desesperación más profunda podía sugerirle.
Al fin llegó la niña al palacio y supo que dentro de cuatro días se casaría el príncipe con la hija de la bruja. Ella se sentó en el jardín, y trató de hacerse pasar por una tonta. Con este motivo se lavaba la cara con barro y hacía otras muchas tonterías. Sacó la gallina de oro y le dió el trigo. 160 Los sirvientes del palacio refirieron esto a su señorita que vino a verlo.
Ultimamente, es de notar y saberse que en todas las oficinas hay un crecido y aun exorbitante número de escribientes indios que gozan dotacion desde cuatro pesos á doce cada mes; clase que yo juzgaria prudente suprimir, pues todo empleado debe saber que lo es para ocuparse de lo que se le confie y ponga á su cuidado, y escribir por sí y sin necesidad de sirvientes cuanto demande el negociado de su atribucion.
En pocos minutos rodó por el suelo todo el personal: muerto el capitán y varios soldados, heridos los oficiales y casi todos los sirvientes de las piezas. Sólo quedó como jefe Laurier el Impasible así lo apodaban sus camaradas , y auxiliado por los pocos artilleros que se mantenían de pie, siguió disparando, bajo una lluvia de hierro y fuego, para cubrir la retirada de un batallón.
Palabra del Dia
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