Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de julio de 2025
Cuando estas discusiones se hacen en sesiones de hombres desencontrados, son espuestas á las consecuencias de una revolucion, y esponen á que quede acéfalo el cuerpo político: pero si se empeñan por el órden y modo regular de los negocios gravísimos, no pueden menos de conducir como por la mano, á la vista del efecto que se desea.
El excelentísimo señor Tal, era para ellos un congrio; el ilustre orador Cual, que ocupaba con su prosa más de una resma de papel en el Diario de Sesiones, era un percebe; cada acto del parlamento les parecía un disparate, aunque por exigencias de la vida dijeran lo contrario en sus periódicos, y lo más extraño era que el país, con misteriosa adivinación, repetía lo mismo que ellos pensaron en el primer impulso de su ardor juvenil.
Pero lo que dio más juego fue cierto aparato de proyección o linterna mágica que uno de ellos compró para dar sesiones en la tertulia. En seguida malicié de lo que se trataba, y más viendo que el que mostraba las vistas era siempre distinto, sucediéndose en esta tarea, que debía ser la más ingrata, por riguroso turno.
Sí que lo estoy: no creí yo que fuera este chico tan listo, que, á saberlo, ya hubiera yo hecho lo posible para que.... Lázaro comenzó á ver obscuro en aquella intrusión de su tío en las sesiones de los exaltados. Cruzó por su imaginación una sospecha horrible.
De esta vez decía el cura de Boán, viejo terne y firme, que echaba fuego por los ojos y gozaba fama del mejor cazador del distrito después de Primitivo , de esta vez los fastidiamos, ¡quoniam! Nucha no asistía a las sesiones del comité. Se presentaba únicamente cuando las visitas eran tales que lo requerían; atendía a suministrar las cosas indispensables para el perenne festín, pero huía de él.
¡Grandioso botafumeiro! Hoy, que la falta de fe lo mantiene ocioso, ¿por qué no se piensa el medio de trasladarlo al Congreso? Cuanto más animados fuesen los debates, el botafumeiro giraría más velozmente. Y en vez de procurarse una entrada o de leer el Diario de las Sesiones, uno se limitaría a ver, desde fuera, cómo salía y se elevaba y se desvanecía el humo.
Ultimamente, el doctor don Vicente Maza, el secretario de Rosas y procesador de los reos, murió también degollado en la sala de sesiones; de manera que Quiroga, sus asesinos, los jueces de los asesinos y los instigadores del crimen, todos tuvieron en dos años la mordaza que la tumba pone a las revelaciones indiscretas. Id ahora a preguntar quién mandó matar a Quiroga. ¿López? No se sabe.
Á medida que la conocían, iban tomando confianza, que hubo de tocar no pocas veces en familiaridad. Pedro solía acompañarla en estas excursiones, lo mismo que en los trabajos matinales de jardinería. El pobre debía de aburrirse de un modo lastimoso en aquellas sesiones en que la condesa servía de paño de lágrimas, pero no lo demostraba.
En esta cartera guardaba las actas de las tres sesiones que había celebrado el Comité de recibimiento del Hombre-Montaña, así como los presupuestos de gastos, presentes y futuros, para la manutención de tan costoso huésped. Además llevaba una traducción, en idioma del país, que había hecho de los versos escritos por el Gentleman-Montaña en su cuaderno de notas.
El camarero del café le descubrió que su amo era poseedor de una mesa giratoria por medio de la cual consultaba con los espíritus cuanto quería. Bastó esto para que el paisano ardiese en deseos de conferenciar con el cafetero y asistir a alguna de aquellas sesiones maravillosas.
Palabra del Dia
Otros Mirando