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Cuatro secretarios responsables serian elegidos por el Presidente para el ejercicio de su ministerio. El poder legislativo constaria de un Congreso popular, dividido en dos Cámaras, una de diputados representantes y otra de senadores, elegidos tambien por solo cuatro años.

Su fama llegó hasta el Ministerio de Estado. «¡Lástima de chico! ¡La maldita literatura! ¡Si el grande hombre levantase la cabeza!» Y todos, jefes de sección, ministros de diversas categorías, secretarios y hasta agregados, repetían lo mismo: «Tiene talento, es un original; pero le falta el pliegue». El tal pliegue significaba su falta de adaptación a «la carrera», su rebeldía a moldearse en las tradiciones y frivolidades de la vida diplomática... ¡Para lo que valía la dichosa carrera!

D. Manuel Alberti, D. Domingo Mateu y D. Juan Larrea, y Secretarios de ella los Doctores, D. Juan José Passo y D. Mariano Moreno: cuya eleccion se deberá manifestar al pueblo por medio de otro bando público; entendiéndose ella bajo la expresa y precisa condicion de que, instalada la Junta, se ha de publicar en el término de quince dias una expedicion de 500 hombres para auxiliar las provincias interiores del reino; la cual haya de marchar á la mayor brevedad, costeándose esta con los sueldos del Exmo.

Mis doce secretarios colocaban en las diversas mesas un millón ó dos, siguiendo mis instrucciones. «Empiece el juegoYo me paseaba como Napoleón, dando órdenes á mis mariscales. A la media hora, la caja se declaraba en quiebra y el Casino en bancarrota. «¡Se va á cerrar!», gritaban los empleados, como en una iglesia cuando termina el culto.

Allí habían privado grandemente en épocas anteriores el duque de Alagón, Lozano de Torres, Chamorro, Tattischief y otros memorables personajes de los seis años que siguieron á la vuelta de Valencey. Alguna vez los ministros eran favorecidos con su admisión en aquel recinto de perfidias y adulación, y allí las sonrisas de Fernando para sus secretarios eran siempre siniestras.

Se detuvo el profesor un instante para agregar con alguna malicia: Y yo pude afirmar además, de un modo concluyente, que es usted un verdadero gentleman, porque he ordenado á dos de mis secretarios que volviesen las hojas de un libro más grande que mi persona, con tapas de cuero negro, que nuestra grúa sacó de uno de sus bolsillos. He podido leer rápidamente algunas de dichas hojas.

Detrás de ésta, y a ambos lados, una serie de secretarios escribiendo o consultando libros o papeles, sea para recordar al presidente qué es lo que se hizo en tal circunstancia, o los antecedentes del asunto, o cualquier dato necesario. Al pie de la tribuna parlamentaria estaba el cuerpo de taquígrafos.

Generalmente se hacía reuniéndose los presidentes y secretarios de los colegios, y apuntando en las actas el número de votos que se les antojaba. La razón de esto, era que Sarrió siempre había sido una villa comercial donde cada uno podía ganarse la subsistencia sin recurrir a los empleos del Estado.

Al fin Gillespie quedó sentado, teniendo como vecinos más inmediatos á la profesora y sus secretarios, que ocupaban el automóvil-lechuza, y por otro lado á los tripulantes de las cuatro máquinas aéreas, las cuales se movían dulcemente al extremo de sus hilos metálicos, flácidos y sin tensión. En esta nueva postura Gillespie pudo ver mejor á la muchedumbre.

Abajo en lo que llamamos patio, los diputados ocupaban sus asientos en dos alas de bancos: en el escenario había un trono, ocupado por un obispo y cuatro señores más y delante los secretarios del despacho. Poco habían unos y otros calentado los asientos, cuando los de la Regencia se levantaron y se fueron como diciendo: «Ahí queda eso».