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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Los viernes, al salir de la escuela, oían invariablemente todos ellos el mismo discurso: Señores míos: mañana es sábado; recuérdenlo ustedes á sus señoras madres y háganlas saber que el que mañana no traiga los dos cuartos no entrará en la escuela.
Tal era el subteniente de artillería que el sábado 28 de mayo de 1881, a eso de las cinco de la tarde, echó pie a tierra ante la puerta del presbiterio del Longueval. Entró seguido dócilmente por su caballo, que por sí mismo fue a colocarse bajo una especie de establo que había en el patio. Paulina se hallaba en la ventana de la cocina. Juan se acercó y la besó con cariño en las dos mejillas.
El sábado cinco á las nueve de la mañana. ¡Quico! grite á mi criado. Ten todo listo para embarcarnos el sábado de madrugada. ¿Luego vienes? ¿Luego no tienes miedo á los baguios? ¡Baguios!
18 ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios sobre nosotros todo este mal, y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el sábado? 21 Y les protesté, y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en sábado.
El mismo día a la tarde se repite la función del antecedente, variando el paso de la procesión, y en el Viernes y Sábado Santo no hay nada de particular, pues los oficios de la mañana son como se practican en todas partes, y las tinieblas y procesiones como las de los días antecedentes, a excepción de los pueblos en que se hace descendimiento.
A ver si te luces decía el apoderado . Piensa en los que te van a ver. Quiero que quedes como el primer hombre del mundo. El sábado de Gloria se verificó a altas horas de la noche el encierro de las reses destinadas a la corrida, y doña Sol quiso asistir como piquero a esta operación, que ofrecía el encanto de realizarse en la sombra.
En la Biblioteca del duque de Osuna se encuentra el autógrafo de la comedia Peligrar en los remedios; al fin se dice: «Acabado sabado nuebe de diciembre 1634 para Roque de Figueroa.
Fiel a la estimación que a Doña Francisca debía, la visitaba Ponte diariamente mañana y tarde, y un sábado anunció para el siguiente domingo la excursión al Pardo, en que se proponía reverdecer sus aficiones y habilidades caballerescas. ¡Con qué placer y curiosidad salieron las cuatro al balcón prestado del vecino para ver al jinete!
Los cuentecillos chuscos suelen tener una moraleja llena de buen sentido. Jugó un hombre en Viernes Santo y perdió su caudal; pero no le perdió por haber jugado en Viernes Santo, ya que el ganancioso jugó también en el mismo día y no en Sábado de Gloria.
Habian sido presos por tanto un Vizcayno que estaba convicto de haberse casado con su comadre, y dos Portugueses que se habían comido un pollo un viernes, y la olla sin tocino un sábado; y despues de comer se lleváron atados al doctor Panglós y su discípulo Candido, al uno por lo que habia dicho, y al otro por haberle escuchado con ademan de aprobar lo que decia.
Palabra del Dia
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