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Dotados ya de esa vista profética, comprendemos en toda su extensión la sublime empresa de la redención humana por el Salvador; y así como vemos levantarse y perfeccionarse el templo de Salomón, así también se eleva en nuestro espíritu la Iglesia de Cristo, sobrecogiéndonos y arrebatándonos: el vate es aquí profeta, la poesía una revelación, y la magia brillante de que ésta se reviste, se trueca luego en humildad y rendimiento al servicio de Dios, para anunciar esos misterios elevados, que la palabra no puede expresar.

Como quiera que, por lo general, se tiene una idea muy vaga de la gran importancia que reviste esta pequeña república, el súbito descubrimiento de lo inesperado duplica, como es natural, el deleite que produce una visita a ella.

Los curas me hacen una guerra encarnizada propalando que soy un impío. Si el ser impío consiste en detestar la forma histórica que actualmente reviste la religión, es verdad lo que dicen, pero de ningún modo si consiste en no tenerla. Los que creemos, como y yo, que la religión es uno de los fines racionales de la vida, ¿cómo hemos de ser irreligiosos?

Porque allí, las gentes que los rodean no saben nada a su respecto y no comparten ninguna de sus ideas; allí, además, la madre tierra, presenta otro seno, y la vida humana reviste otras formas que aquellas que alimentaron sus corazones. Las almas arrancadas a su antigua fe y a sus antiguos afectos, han buscado quizá esa influencia del destierro, que, como el agua de Leteo, borra el pasado.

Fueron representadas en la noche de Navidad en los palacios de los grandes, mencionados antes, y no hay razón que autorice á dudar de la noticia, que encontramos en el Catálogo Real acerca de su representación pública en el año de 1492 . No debe denominarse casual la forma de églogas, que reviste en ellas el drama.

Sin perjuicio de las gestiones activas, escribió por entonces las Relaciones, bajo el nombre de Rafael Peregrino, no por ocultar el suyo, transparente en las aventuras: por procurarle atractivo mayor en la curiosidad de las gentes. «El libro estaba formado con habilidad y soltura; es el estilo pesado para nosotros por la afectación continua de que se reviste y los giros que le adornan; pero en su tiempo era un modelo: la incesante digresión que rompe el hilo de las narraciones; las sentencias que, como Tácito, derrama la obra; la abundancia de conceptos y dulzura de las imágenes, encantaron á los hombres ilustrados .» «Dispuesta con arte magistral la exposición de aventuras, cautivando la benevolencia y la conmiseración en favor de su persona, hacía más odiosa la de su ingrato é implacable perseguidor

La causa de aquel interior agreste débese más que á otra cosa á la solemnidad que reviste el país, á los continuados naufragios, á la proximidad de un mar terrible cual ninguno. Un gran misterio se verifica en aquel sitio solemne, un tratado, un enlace, empero enlace mucho más importante que cualquiera himeneo real. Enlace, es verdad, de conveniencia entre esposos poco adecuados.

En vista de todo esto, podremos decir que tanto la prosa como la poesía, son dos manifestaciones de la palabra, son las dos formas de que se reviste el pensamiento, y que si la una es el fruto, la otra es la flor; que sin flor no puede haber fruto, y que por lo tanto, enredarse mas en esta cuestion seria lo mismo que disputar sobre si tiene mas importancia la base que la cúspide de la pirámide, ó cual fué primero: el huevo ó la gallina.

Lo burlesco de estas comedias no consiste en groseros chistes para disipar el mal humor, sino en la inteligente sonrisa de un espíritu superior, que parece retozar en todo el conjunto; cuando se muestra lo cómico de más baja ley, se reviste siempre con las gracias del ingenio; fuérzanos el gracioso á simpatizar con su alegría, porque sus burlas más locas y extravagantes no degeneran nunca en perversos y amargos sarcasmos; reimos con benevolencia, no movidos por amor propio ni por desprecio.

Este sacrilegio excita universal indignación; el Rey quiere salir en persona para castigar al insolente criminal; pero el joven Garcilaso consigue la gracia de pelear con él en vez del Rey, y reviste, al efecto, sus armas invocando antes á la Virgen. En una escena intermedia se presentan la España y la Fama para ensalzar los nombres de Garcilaso y de Fernando.