Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de mayo de 2025
Entretanto, en la aldea de Raveloe las campanas repicaban alegremente y la iglesia estaba más llena que durante el resto del año por fieles cuyos rostros bermejos aparecían en medio de las profusas ramas de un verde obscuro fieles preparados para un oficio más largo que el de costumbre, gracias a un almuerzo perfumado de tostadas y cerveza.
Mientras Alain amarraba la barca á las ramas de un sauce: ¡Y bien! señor dijo saltando con ligereza sobre la hierba ¿no se halla mal? ¿no está usted trastornado, herido, petrificado? Se dice sin embargo que este sitio es lindísimo. A mí me gusta, porque siempre hay fresco en él... Pero... sígame en estos bosques, si se atreve, y yo le mostraré esas famosas piedras.
Aquí, en nuestros ricos valles de la Europa occidental, el agua corre en abundancia; las plantas bien regadas, se desarrollan con toda su belleza; las ramas de los árboles, con su corteza lisa y tierna, están rebosando savia; el aire tibio está cargado de vapores.
Se desarrolla en ellos la anchura: las ramas, que serpentean como raíces, se repliegan sobre éstas y aprovechan su escaso calor.
¡Un vagabundo, un ladrón, se la había jugado a él, a un hidalgo rico heredero de una casa solariega! Y lo que era peor, ¡esto no sería más que el principio, el comienzo de su carrera espléndida! Carlos, mortificado por sus pensamientos, no prestó atención a lo que hablaban; luego oyó un beso, y poco después las ramas de un árbol que se movían.
Francamente, los árboles le eran antipáticos, sin duda porque, pasando junto a ellos en horas de desesperación, creía que le ofrecían sus ramas para que se ahorcara. Internándose en las calles sin dirección fija, contemplaba los escaparates de sastre, con exhibición de hermosas telas; los de corbatas y de camisería elegante.
Un leve ruido de ramas tronchadas, una ondulación casi imperceptible del matorral, le llenaron de salvaje alegría. Había alcanzado al enemigo indudablemente, y en su satisfacción, se llevó una mano a la cabeza para convencerse de que no estaba herido. Al pasarla después por su cara cayó de sus mejillas y sus cejas algo menudo y granujiento. No era sangre: era tierra, polvo de argamasa.
Sin embargo de inundarse todo aquel espacio, hay en él algunas arboledas de árboles muy altos, cuyos troncos se inundan hasta tres y cuatro varas en alto. Estos los fabrican de barro muy fuerte en lo alto de grandes árboles, con tal arte que queda como un horno al rededor de una de las ramas superiores, y tan bien construído, que no le pueden ofender las lluvias ni los vientos.
11 Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores; y se levantó su estatura por encima entre las ramas, y fue vista en su altura, y con la multitud de sus sarmientos. 13 Y ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez. 14 Y salió fuego de la vara de sus ramas, que consumió su fruto, y no quedó en ella vara fuerte, cetro para enseñorear.
Sintiéronse dos o tres pesados revuelos de gordos faisanes y un barullo entre las ramas bajas y las hojas secas, al viento de ese escopetazo que agitó, despertó y atemorizó a todo bicho viviente en el bosque. Los musgaños se ocultaban en lo más hondo de sus agujeros. Un escarabajo, que salió del hueco del árbol que nos guarecía, movía sus ojos prominentes y estúpidos, yertos de terror.
Palabra del Dia
Otros Mirando