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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Trapos multicolores ostentaban entre banderas el mismo rótulo en honor de la Señora de Vizcaya. Las gentes mirábanse con aire hostil; la población, dividida en dos bandos, parecía estremecerse en este ambiente de acometividad. Los vecinos de la villa contemplaban con simpatía ó con odio á los grupos de campesinos y de obreros, según eran sus creencias.
En otra galería del mismo pasaje, nos dimos de cara con otro rótulo que promete tres platos fuertes, vino de Burdeos y sorbete al fin, todo por tres francos. Subimos al piso principal; al entrar nos dieron una contraseña, y á poco se presenta un garçon con frac negro y corbata blanca.
No hace mucho tiempo llegó á mis manos un manuscrito rancio y ahumado, en cuya portada leí, en muy buenos caracteres, el siguiente rótulo: Entremés de la buena gloria.
Los Samaniegos, oriundos, como los Morenos, del país de Mena también son ciento y la madre. Sin rótulo hay un Samaniego prestamista y medio curial, otro cobrador del Banco, otro que tiene tienda de sedas en la calle de Botoneras y, por fin, varios que son horteras en diferentes tiendas. El Samaniego agente de Bolsa es primo de estos.
Sábelo Dios.» Y aleluyas y más aleluyas. En nuestra caminata arriba y abajo pasábamos por delante de una garita que me llamaba la atención, porque tenía encima un rótulo, para mí enigmático: «Lampistería.» En una de las vueltas, un hombre, con un farol, salió de la garita.
Lo más importante era encontrar una buena casa y amueblarla con muebles ingleses, «serios», «distinguidos», y mostradores de caoba brillante. Además, eran necesarios un enorme rótulo dorado, juegos de banderas para las fiestas patrióticas, y gran iluminación nocturna en la fachada. Capital para empezar: dos o tres millones de pesos.
Levantáron entónces una hermosa estatua al tiempo, con este rótulo: AL CONSOLADOR. Fin de los dos Consolados. ESCRITA POR
La dificultad está en dar con el verdadero establecimiento de «Juan María Farina,» pues hay en la ciudad unas 25 fábricas, casi todas iguales pero enteramente distintas, cuyos productos llevan invariablemente el mismo rótulo, falso testimonio contra el nombre del difunto inventor de 1670.
El periódico era de corto tamaño y llevaba por nombre, en letras muy gordas, el que se ha puesto al frente de este capítulo, adicionado con esta leyenda: Revista literaria y de altos intereses sociales, políticos y religiosos. La primera plana y gran parte de la segunda, iban atestadas de prosa sarpullida de signos ortográficos, bajo el rótulo de Nuestros ideales. Después versos, ¡muchos versos! Una Melancolía, dedicada «a la distinguida señorita doña I. G.» (la Escribana segunda); un
En el piso bajo veíanse unas rejas, por entre cuyos hierro salían matas de tiestos, colocados dentro en una tabla. La casa hacía esquina, y el cuarto bajo a que correspondían las rejas tenía por la otra calle una tienda con dos vitrinas. Pero esto no se veía desde el balcón de Miquis, aunque se adivinaba, mirando un rótulo que en áureas letras decía: Castaño, ortopedista.
Palabra del Dia
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