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Actualizado: 16 de junio de 2025


Tres días después de esto, al entrar en la botica, notó que Ballester y Quevedo hablaban, y que al verle llegar a él, se callaron súbitamente. Como había adquirido facilidad para la apreciación de los hechos, aquel se le reveló claramente. Segismundo y el comadrón trataban de algo que no querían oyese Maximiliano.

Algunos, Visita y Paco entre ellos, querían coronarlo, pero él prefirió correr a su cuarto para mudarse de pies a cabeza. Entró con él la Regenta para ayudarle. ¿Y don Fermín? preguntó. Tu don Fermín es un botarate, hija mía, y perdona contestó Quintanar de mal humor, mientras se mudaba los calcetines. Y refirió a su mujer todo lo que les había sucedido, menos el hallazgo de la liga.

El elogio que hacían de él era siempre el mismo: «No tiene nada suyoAdemás, le querían, por verle siempre en guerra con los señores de la administración, en defensa de la gente de los talleres. En las oficinas trabajaban muchos amigos de Goicochea, que se aprovechaba, para colocarlos, de su intimidad con el principal.

Juanón y su camarada el de Trebujena esperaban resignados el último suplicio. No querían vivir, les daba asco la vida después de las amargas decepciones de la noche famosa.

Tiempo quedaba para hablar de lo ocurrido; ahora, á cenar. ¡Qué demonio! No había que gemir tanto por culpa de un tío judío. Si el tal viera todo esto, ¡cómo se alegrarían sus malas entrañas!... La gente de la huerta era buena; á la familia del tío Barret la querían todos, y con ella partirían un rollo si no había más.

Todos convinieron en lo que decia, y separó 350 españoles, á los que ofreció, si iban con él, juntarles indios y cuidarles de vestidos, caballos y lo demas necesario. Alegres todos, admitieron la oferta: llamó á los Cários, y preguntóles si querian ir con él 2,000? Y al punto se ofrecieron á servirle como estaban obligados.

Veía las épocas antiguas con la misma claridad que la presente, y al hablar de los grandes hombres de Grecia y de Roma, parecía que hablaba de amigos íntimos que acababan de morir pocos días antes. Aquel venerable anciano era una enciclopedia siempre a disposición de los que querían consultarla en el pueblo.

Y el Mango Capac agradescióselo, y paresciéndole bien el sitio y asiento do agora es en esta ciudad del Cuzco la casa y convento de Santo Domingo, que ántes solia ser la Casa del Sol, como adelante la historia lo dirá, hizo allí el Mango Capac y su compañero, y con el ayuda de las cuatro mujeres, una casa, sin consentir que gente Alcaviza les ayudase, aunque los querian ayudar; en la cual casa se metieron ellos dos y sus cuatro mujeres.

Las otras siete galeras que quedaron fueron combatidas otra vez á una hora de día, á tiempo que el agua iba menguando, porque allí, entre día y noche, crece y mengua el agua dos veces; y así por la parte de tierra las dieron combate 3 ó 4.000 turcos y moros, y el resto de su campo quedaba en las trincheras, dudando de aquello que podía fácilmente acaecer, como los capitanes y soldados querían tomallos en medio, que los otros estaban en la mar combatiendo con las galeras y con el socorro que había salido del fuerte, que ciertamente era una hermosa cosa de ver combatir los cristianos con los turcos dentro del agua hasta la cinta, y por habérseles mojado la pólvora dentro de los frascos no se podían aprovechar de los arcabuces, y así peleaban con las espadas y picas, y fueron muertos y heridos muchos turcos, porque el artillería del fuerte y mosquetes y arcabucería, allende de la que tiraban de las galeras, los tomaba por través y les hacía gran daño, y así se retiraron los turcos con gran pérdida, y de los cristianos hobo pocos heridos, entre los cuales dieron un arcabuzazo en una pierna al Maestre de campo Miguel de Barahona, porque él había salido fuera con el socorro, y de ahí á pocos días murió de la herida.

Vendía los libros por unos cuantos reales, por lo que querían darle, y sin embargo, siempre tenía volúmenes en su casa: versos tristes de gentes con salud y medios para defenderse del hambre; novelas sobre crisis de las almas; tratados para resolver el conflicto social.

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