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Actualizado: 23 de julio de 2025


El jardinero indicó dónde estaban, y con no menor sorpresa y asombro los vieron los muslimes, a pesar de la obscura frondosidad en que ellos se encubrían. Sonaron entonces los clarines y cundió la alarma por todo el parque y el alcázar. A la entrada de este y en algunas de sus ventanas, había mosquetes, puestos sobre firmes horquillas y previamente cargados.

Estaba un poco más de cinco millas de allí. Andrea Gonzaga iba de vanguardia con un escuadrón de italianos: la Religión, tudescos y franceses iban con otro escuadrón de batalla; la infantería española iba de retaguardia, cada tercio por . En su orden cada escuadrón llevaba delante piezas de campo y mosquetes, y ansí caminamos hasta los pozos sin descubrir moro que nos diese empacho.

Por Luis Vélez de Santander. De plomo, como de gorra, nos saludamos mil veces las turquescas escopetas con los cristianos mosquetes, descubrimos las montañas de la provincia que tiene el obelisco de Dios en prisión irreverente, hasta que el heroico brazo vuestro a rescatar se llegue, para que el número diez acrecentéis a los Nueve, y en la primera jornada de Argel fué mi coselete, espejo al sol, que, Narciso, por mi se negó a las fuentes, llegando a Valladolid la misma noche del viernes que, para dicha del mundo, vos nacéis y Cristo muere

Los macambas, á pesar de ver que la numerosa población que en otro tiempo habían subyugado, merced á la evocación de supersticiosas fábulas estaba casi aniquilada, que las cábalas mágicas de los anitis eran impotentes ante el fuego de los mosquetes y la metralla de los cañones, que los castigos eran públicos y ejemplares, que de día en día se perfeccionaban las obras, se levantaban otras aumentaban hombres y vituallas, que se talaban y se incendiaban las rebeldes rancherías, no desmayaban en sus predicaciones y en sus pérfidas gestiones.

Los turcos tenían aviso ya de lo que padecían, y así por apretallos más, á los 8 de junio, al alba, el Bajá había mandado poner en orden todos los esquifes del armada y algunas fragatas armadas y barquillas con esmeriles y mosquetes y banderetas, con 2.500 turcos, y así vinieron á la vuelta de las galeras, y Dragut envió por tierra otros 4.000 turcos y moros, porque en aquella sazón menguaba el agua, y así dieron el combate á las galeras por un gran rato, sin poder llegar á ellas, porque estaban muy bien proveídas de soldados franceses, italianos y españoles, los cuales las defendieron muy valientemente, y mataron é hirieron más de 400 turcos, entre los cuales fueron muertos más de 25 á 30 capitanes de galeras y arraezes, como ellos se quejaban y decían públicamente.

Las otras siete galeras que quedaron fueron combatidas otra vez á una hora de día, á tiempo que el agua iba menguando, porque allí, entre día y noche, crece y mengua el agua dos veces; y así por la parte de tierra las dieron combate 3 ó 4.000 turcos y moros, y el resto de su campo quedaba en las trincheras, dudando de aquello que podía fácilmente acaecer, como los capitanes y soldados querían tomallos en medio, que los otros estaban en la mar combatiendo con las galeras y con el socorro que había salido del fuerte, que ciertamente era una hermosa cosa de ver combatir los cristianos con los turcos dentro del agua hasta la cinta, y por habérseles mojado la pólvora dentro de los frascos no se podían aprovechar de los arcabuces, y así peleaban con las espadas y picas, y fueron muertos y heridos muchos turcos, porque el artillería del fuerte y mosquetes y arcabucería, allende de la que tiraban de las galeras, los tomaba por través y les hacía gran daño, y así se retiraron los turcos con gran pérdida, y de los cristianos hobo pocos heridos, entre los cuales dieron un arcabuzazo en una pierna al Maestre de campo Miguel de Barahona, porque él había salido fuera con el socorro, y de ahí á pocos días murió de la herida.

Los que traían la artillería y mosquetes combatían con las galeras, mientras los demás trabajaban con hachas y sierras y otros instrumentos romper la palizada y cadenas que nuestras galeras tenían por reparo, de manera que con más de 20 pasos no se podía acostar ningún bajel á ellas.

Después de haber combatido por tierra dos veces las galeras, tentaron por la mar, y á los 8 vinieron del armada con hasta 130 esquifes y barquetas y algunos bergantines empavesados con piezas de artillería pequeñas y mosquetes y ingenios de fuego, con mucha gente de pelea en ellos.

Eran soldados de ocasión, armados de alabardas, de picas, de mosquetes. Caminaban con paso solemne, entre desconfiados y fieros, sin atreverse a mirar a las ventanas.

Este linaje de espectadores, así á causa del tumulto que promovían, como por sus ruidosas demostraciones en pro ó en contra de comedias y actores, se denominaban mosqueteros, sin duda, porque su alboroto se asemejaba á descargas de mosquetes.

Palabra del Dia

godella

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