Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de mayo de 2025
Bajó al patio Avendaño y entregóse en el libro, y comenzó a despachar celemines como agua, y a asentarlos por tan buena orden, que el huésped, que lo estaba mirando, quedó contento; y tanto, que dijo: Pluguiese a Dios que vuestro amo no viniese, y que a vos os diese gana de quedaros en casa; que a fe que otro gallo os cantase.
Juan intervino una vez más. Mi padrino se consideraría demasiado feliz, si quisierais quedaros; pero comprendo lo que le inquieta... Debíamos comer los dos solos; no esperéis, pues, un festín, señoras. En fin, seréis indulgentes. Sí, sí respondió Bettina, muy indulgentes.
¡Oh! ¡No tenéis absolutamente la intención de hacer esa tontería! dijo Priscila doblando el vestido que acababa de quitarse y colocándolo en la caja . ¿Para quién habría trabajado yo entonces, cuando muera nuestro padre, si se os pone en la cabeza quedaros solterona, porque ciertas personas no son mejores de lo que debieron ser?
El asunto está arreglado; pero no fué sin trabajo; he tenido que emplear los medios más enérgicos para vencerla; podéis quedaros en Orsdael y no tenéis nada que temer. ¡Me ha perdonado! exclamó el aya. Una mujer como la condesa no perdona jamás. Pero, con todo, ¿puedo quedarme?
No sabía lo que le pasaba. ¡Ellas tomaban por asalto el presbiterio, eran católicas! ¡Le traían dos mil francos; le ofrecían mil francos mensuales! y querían comer con él; ¡ah! ¡esto era el colmo! el terror lo paralizaba al pensar que tendría que hacer los honores de la pata de carnero y la crema a esas dos americanas locamente ricas que debían alimentarse de cosas extraordinarias, fantásticas, inusitadas, y sólo murmuraba: ¡A comer... a comer! ¿queríais quedaros a comer aquí?
Señora continuó el duque , a vuestra edad, y con esas dotes, ¿podéis decidiros a quedaros para siempre apegada a vuestra roca, como esas ruinas? María, cuyo corazón palpitaba impulsado por intensa alegría y por seductoras esperanzas, respondió, sin embargo, con aparente frialdad: ¿Qué más da? ¿Y tu padre? le preguntó su marido en tono de reconvención.
¿Y qué es lo que han dicho de vos? ¿Os despiden o podéis quedaros? Me echan balbuceó Marta temblando de emoción y sin entender casi lo que la cocinera le preguntaba. Despedida y sin remedio, ¿no queda ninguna esperanza? Es una desgracia, Marta, y os compadezco sinceramente. La señorita me contó cómo pasaron las cosas. Vos no tenéis la culpa. ¿La señorita? preguntó Marta . ¿Cómo se siente?
Palabra del Dia
Otros Mirando