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Actualizado: 5 de julio de 2025
A reina va, y lo hago cuestión personal añadió envalentonado Trabuco, dándose un puñetazo en el pecho. Y el contrario, sin querer, le dejó otra casilla libre. Y así, de una en otra, jugándose la vida en todas ellas, convirtió el peón en reina, y ganó el juego el enérgico diputado provincial de Pernueces.
Le impresionaba el aspecto exótico de Tchernoff: su barba revuelta, sus melenas aceitosas, sus gafas sobre una nariz amplia que parecía deformada por un puñetazo.
¡Salga usted de aquí, señor insolente, y no me duerma usted en Vetusta!... gritó. Pero, señor... ¡Silencio digo! silencio y obediencia o duerme usted en la cárcel de la corona.... Y el Magistral descargó un puñetazo formidable sobre la mesa-escritorio.
El anciano marqués de Villemaurin, antiguo capitán de la Guardia Real, y el joven Enrique Steimbourg, agente de cambio, juzgaron unánimemente que el puñetazo lo echaba a perder todo. Un filósofo turco ha dicho: «No existen puñetazos agradables; pero los puñetazos en la nariz son los más desagradables de todos.»
La ley del Talión está escrita: «Ojo por ojo, diente por diente, nariz por nariz.» Advirtiole Ahmed que el Korán era, sin duda alguna, un buen libro; pero que estaba ya un poco anticuado. Los principios del honor han cambiado desde los tiempos de Mahoma. Aparte de que, aun queriendo, aplicar la ley al pie de la letra, Ayvaz sólo tendría que devolver un puñetazo al señor L'Ambert.
Paróse un poco á reflexionar, y dándose un puñetazo en la frente, exclamó para sí: «Así se llamaba uno que estudió conmigo latín; aquel madrileñito que estaba de temporada en la villa, adonde había ido su padre á tomar aires.... Pero no es posible.... Aquel chiquillo tan enclenque y enfermizo que me sacaba los significados, no puede haber subido tan alto.... No, señor.... Y ahora que me acuerdo, no me envió los tirantes de goma que me ofreció para cuando llegara á Madrid, por haber cargado yo con la culpa de esconder las disciplinas del dómine, ni me pagó nunca dos reales y medio que le presté.... ¡Si fuera él!...»
¡Viva el papa soberano de todos los reyes de la tierra! exclamó después de largo silencio, en que ambos parecían dormitar, Fray Diego. Al mismo tiempo dio un tremendo puñetazo sobre la mesa que hizo bailar los tarros y las copas. El barón no se conmovió poco ni mucho.
¡Pero, hombre, siéntate! decía el doctor asustado al verle ir y venir por el despacho como un loco. No golpees los muebles. Ya sé que de un puñetazo eres capaz de romper esa mesa. No los has matado y has hecho muy bien. ¿Acaso eres tú el primero, ni serás el último, de quien se burle una pájara de esas? Sigue contando... sigue.
Alto allá declaró D. Alonso, dando un fuerte puñetazo en la mesa . Si el almirante Córdova hubiera mandado orzar sobre babor a los navíos de la vanguardia, según lo que pedían las más vulgares leyes de la estrategia, la victoria hubiera sido nuestra. Eso lo tengo probado hasta la saciedad, y en el momento del combate hice constar mi opinión. Quede, pues, cada cual en su lugar.
Se despidió dando un rudo manotón al picador, y el centauro le contestó con un puñetazo en un muslo que hizo temblar la recia musculatura del bandido. ¡Qué Plumitas tan simpático!... Potaje, en la ternura de su embriaguez, quería irse al monte con él. ¡Adió! ¡adió! Y picando espuelas a la jaca, salió a trote largo del cortijo. Gallardo mostrábase satisfecho al ver que se alejaba.
Palabra del Dia
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