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Actualizado: 13 de junio de 2025
Nones la miraba en silencio, esperando una palabra. «Dígame usted murmuró ella al fin con temor , ¿qué tengo que hacer para evitar... eso de ir a presidio? Declarar que ha sido engañada; descargar su responsabilidad sobre su señor papaíto, reconocer que no tiene derecho alguno... ¿Y quién me asegura que no lo tengo?...» volvió a decir, reaccionándose.
La gente de Yapeyú avisaba aun, que 160 familias del mismo pueblo se habian ido al Rio Negro, otras tantas al paso de las Gallinas, ó al rio Guéguay, á servir de presidio á sus tierras y de impedimento al enemigo, si las infestasen.
Impuesto de todo el Capitan comandante, con consejo de los demas, determinó mandar letra al capitan del real Presidio de Centa, D. Rafael Arias, para que le diese socorro.
En el presidio, sus costumbres habían causado asombro. Dedicado por afición al estudio de la Medicina, servía de enfermero a los presos, dándoles su comida y sus ropas. Iba haraposo, casi desnudo; cuanto le enviaban sus amigos de Andalucía pasaba inmediatamente a poder de los más desgraciados.
En lo futuro, el hombre moriría por el desgaste de su máquina, sin conocer el sufrimiento. Montenegro, escuchando a su maestro, evocaba uno de los recuerdos de su juventud, una de las paradojas más famosas de don Fernando, antes de que éste fuera al presidio y él partiese para Londres.
Semejantes tumultos siempre eran provocados por alguna palabra suelta que no era del agrado de la fracción a la cual se dirigía. En ocasiones se discutían hechos, o se desenterraban expedientes, tras de los cuales aparecía la honra de algún diputado enemigo en el mismísimo traje que llevar suelen a la cárcel o a presidio los reos vulgares.
Pero su pasado le infundía miedo: eran muchas las maldades que llevaba realizadas contra este país. Tal vez la perdonasen la vida teniendo en cuenta la espontaneidad de su acto; pero el presidio, la reclusión con el pelo cortado, vestida de ruda estameña, condenada al silencio, sufriendo tal vez hambre y frío, le inspiraban una repulsión invencible... No: antes la muerte.
Se ha quedado en el presidio con la cadena del penado. El Jacobo que te llevas no tendrá más que una preocupación en la vida, la de hacer olvidar á los que le aman las penas que les ha causado. Lo apruebo, dijo Cristián, porque es justo.
Presentían que el día siguiente sería de encierro, de holganza forzosa, y deseaban permanecer en vela hasta bien entrada la noche. El aspecto de la gañanía, el amontonamiento de la gente, evocó en la memoria de Salvatierra el recuerdo del presidio.
¡Dios mío! señora dijo el jefe de negociado , si es una simple definición lo que usted pide, no tardaré en estar en la cama. Los licenciados de presidio son aquellos que ya han cumplido su condena. Permítame usted que le bese la manó y me despida. ¡Cómo! ¿Eso es todo? Absolutamente. Y tenga usted en cuenta que yo soy, en Francia, el hombre que mejor conoce a esas gentes.
Palabra del Dia
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