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Actualizado: 13 de junio de 2025
Un portentoso prodigio del Tintoreto, dando frente al cuadro de la Asuncion.
En ocho dias pueden admirarse las bellezas de un cielo azul y transparente, visto desde el mar; el portentoso descenso del sol que sumerge su brillante cabellera en el seno de las aguas: la espantosa y dramática grandeza del mar poderosamente irritado: en una palabra, en ocho dias puede verse lo que en treinta, que fueron los que yo empleé en mi viaje, á pesar de que el vapor era el agente de nuestra marcha.
¡La profecía! dijo el barón tras larga pausa. ¿Recuerdas, Roger lo que nos dijo aquella noche memorable y fatal la esposa de Duguesclín? El asalto del castillo, el jefe de la barba rubia, todo, todo. ¡Es portentoso!
Luego, viéndose sola, levantó los brazos, invocando la ayuda de la Sangre de Cristo, de la Virgen del Lluch, patrona de la isla, y del portentoso San Vicente Ferrer, que tantos milagros había realizado durante sus predicaciones en Mallorca. ¡Uno más, santo prodigioso, para evitar la monstruosidad que proyectaba su señor!... ¡Que cayese un pedrusco de las montañas, interceptando para siempre el camino de Valldemosa; que volcase el carruaje y trajeran a don Jaime entre cuatro hombres... todo antes que aquella vergüenza!
El portentoso poema épico que el Padre Ambrosio fantaseaba en sus discursos iba verificándose y desarrollándose en la consistente realidad de la historia, y Fray Miguel no se contentaba con ser oyente o lector del poema, sino que anhelaba ser uno de sus héroes.
Desde tu huesa, que el ciprés corona, oye la sinfonía de mi lira; es la canción que a tu memoria entona el bardo filipino que te admira... Para esculpir tu nombre giganteo, para encumbrar tu gloria soberana, arrancaré la lira de Tirteo y el estro portentoso de Quintana.
Por momentos, cuando acababa de examinar alguno, le parecía haber levantado el velo de la verdad para siempre. Aquel sabio y portentoso engranaje de todas las verdades parciales para obtener la verdad total satisfacía la aspiración de su mente hacia la unidad. Además, aquellos sistemas le devolvían a Dios.
Mira, Berganza, grandísimo disparate sería creer que la Camacha mudase los hombres en bestias; todas estas cosas y las semejantes son embelecos, mentiras o apariencias del demonio; y si a nosotros nos parece ahora que tenemos algún entendimiento y razón, pues hablamos siendo verdaderamente perros, o estando en su figura, ya hemos dicho que éste es caso portentoso y jamás visto, y que aunque le tocamos con las manos no le habernos de dar crédito, hasta tanto que el suceso dél nos muestre lo que conviene que creamos. ¿Quiéreslo ver más claro?
Luego, tras el breve relato que le hizo el señor de todo lo ocurrido en la noche, examinó, entornando los ojos con una expresión de inteligente, los dos agujeros abiertos por las balas en la pared. ¿Y usted tenía la cabeza aquí, donde la tengo yo?... ¡Futro!... Su mirada reflejó admiración, devota idolatría, ante aquel hombre portentoso que acababa de salvarse por un verdadero milagro.
A los peces del Mediterráneo los conocía mejor, y llegaba á tenerlos por buenos católicos, ya que proclamaban á su modo la gloria de Dios. De pie junto á la borda, en las tardes cálidas del Trópico, contaba, para honra de los habitantes del lejano mar, el portentoso milagro del barranco de Alboraya.
Palabra del Dia
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