United States or Tanzania ? Vote for the TOP Country of the Week !


El andaluz, al nacer, se encuentra con una herencia de gracia, de simpatía y de popularidad que le permite abrirse fácilmente un camino en la vida, aunque carezca de méritos personales. El gallego, en cambio, sólo se encuentra con deudas que necesita saldar por mismo, y si individualmente esto es un mal, colectivamente tiene que ser un bien.

En virtud, pues, de sus dotes poéticas y de su inagotable fecundidad, adquirió nuestro vate su popularidad sin ejemplo y su dominio en el teatro, á que aluden todos los escritores de su época.

No es posible reconciliación; por lo mismo creo que debe y puede esperarse un poco á ver si esos hombres pierden de una vez la poca popularidad que les queda. Esas cosas se han de hacer con decisión; si no, no se hacen dijo Elías. Veo que usted no ha nacido para los golpes de circunstancias.

No diré que tuviera la altiva escrupulosidad de Merimée en limar hasta diez y siete veces un mismo trabajo, para no chocar con su concepto artístico, sin importársele mucho de la popularidad; pero que está impregnado de la desdeñosa filosofía del autor del Rouge et Noir. Pero el autor de los Ensayos, como de En Viaje, es más bien de la raza de Th.

No quedaba en ella ningún rastro de la fiesta del bautizo: los pasajeros se habían esparcido. Maltrana parecía furioso por los excesos y molestias de su popularidad. No podía circular por el buque sin que sus numerosos y queridos amigos le saliesen al paso con aires de protesta.

Hablar siempre con rostro enojado, llamar a las cosas por su nombre, por crudo que fuese, decir una fresca al lucero del alba; tales eran las cualidades que habían logrado darle popularidad en los salones. Había quedado viuda bastante joven, con dos hijos, un varón que había seguido la carrera de marino y que a la sazón estaba navegando, y una hija a quien había casado hacía un año.

Mientras padecía corporalmente, con el alma corroída y atormentada por alguna causa tenebrosa, y entregado por completo á las maquinaciones de su más mortal enemigo, el Reverendo Sr. Dimmesdale había ido alcanzado una brillante popularidad en su sagrado ministerio. En gran parte la obtuvo seguramente merced á sus padecimientos.

En cuanto a doña Juana, era madre, y además tonta, y además vanidosa. ¿Cómo no había de entusiasmarse con aquel joven que, sobre ser un personaje, la llenaba a ella y a toda su casta de incienso en los periódicos y de lisonjas en la conversación? ¿Cómo no pagarle con todo género de deferencias la popularidad que iba dando en Madrid a la familia Peñascales?

Díjole Severiana que Guillermina había estado antes y echado un largo parlamento con el endivido, quien tenía al chico montado en el hombro, ensayándose sin duda para hacer el San Cristóbal. Lo único que sacó Jacinta en limpio de la excursión de aquel día fue un nuevo testimonio de la popularidad que empezaba a alcanzar en aquellas casas.

Los cuernos de los toros no le daban miedo. «Peores cornás da el hambreLo importante era subir de prisa, y el público le había visto comenzar como espada, logrando en pocos años una inmensa popularidad. Le admiraban por lo mismo que tenían su desgracia como cierta. Enardecíase el público con infame entusiasmo ante la ceguera con que desafiaba a la muerte.