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Actualizado: 5 de junio de 2025


Para servirlos fritos se rebozan en harina, huevo batido y miga de pan, friéndolos hasta que estén dorados. Cuando son asados se unta bien con aceite la parrilla, poniéndola sobre fuego bastante vivo; se les da vuelta con cuidado para que no se estropeen; la parrilla se unta segunda vez y cuando están a punto se colocan en una fuente con salsa de tomate.

¡Oh! ¿no he de ser? La levantó como una pluma, y poniéndola sobre un brazo como a los niños, comenzó a dar brincos por el jardín. ¡No tanto! Llévame suavemente. Vamos de paseo. La paseó sin fatigarse por todo el parque. Y desde aquel día aquella forma de paseo le agradó tanto a la niña, que en cuanto salían de casa se colgaba al cuello de su marido para que la subiese.

Ni migas quedaron allí. Por la razón apuntada más atrás, no reproduzco algunos párrafos de los dedicados a la fiesta por El Ariete al día siguiente, en los cuales se decían de Julieta cosas peregrinas a propósito de sus ojos negros, sedosas pestañas, morena tez y túrgido seno; pintándola como la realidad del sueño más oriental, y poniéndola por encima de todas las sultanas habidas y por haber.

Gran merced es esta que a los cielos debo, y por la que les estoy agradecido, dijo Cervantes; y justo es que una tan grande hermosura como la vuestra, y una tan gran suma de perfecciones como en vos se hallan, con grandes merecimientos conseguida sea y lograda; y dígoos, que mucho me pesa de que lo a que por vos obligado estoy, de tan liviano momento sea, en vez de ser comparable a los trabajos de Hércules o a los peligros de la encantada Puente Mantible, que si así fuera, mayor sería mi contento, porque exponiendo por vos cien veces mi vida, y poniéndola en cuestión con lo imposible, más estimaríais y a mayor amor por os llevaría, el encendido amor que os tengo.

Así, los obreros de Paris al trabajar en esas vastas fortificaciones, no hicieron otra cosa que asegurar la clausura de la ciudad, poniéndola bajo el poder de una presión militar. Tal es siempre el resultado de las fortificaciones.

De ésto se deduce, que la colonización debe efectuarse en condiciones que llene aquellos fines, armonizando el bienestar del elemento colonizador y del colonizado, y fomentando el desarrollo de la riqueza mediante una acertada explotación de sus productos naturales, que lo mismo beneficie á los indígenas, sin distinción alguna de castas, que á los nacidos en la península, cuya misión allí no es de dominio ni de conquista, puesto que las colonias, como sabiamente disponen nuestras leyes, sólo deben ser una continuación de la metrópoli por la extensión de la raza, que al confundirse con la indígena le presta los elementos indispensables para su transformación etnológica, poniéndola en condíciones de alcanzar el nivel intelectual de los pueblos civilizados.

3 Entonces los escribas y los fariseos le traen una mujer tomada en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dicen: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho, adulterando; 5 y en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales. pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia abajo, escribía en tierra con el dedo.

Siendo Nucha tan buena para mujer de un hombre, mejor sería para esposa de Cristo; y las castas nupcias dejarían intacta la flor de su inocencia corporal, poniéndola para siempre al abrigo de las tribulaciones y combates que en el mundo nunca faltan. Esto de los combates le recordaba a Sabel. ¿Quién duda que su permanencia en casa era ya un peligro para la tranquilidad de la esposa legítima?

Y cerca de la hora de las nueve Iešus exclamó con gran Boz, diziendo, Eli, Eli, lama šabachthani? ešto es, Dios mio, Dios mio, porque me has dešamparado? Y algunos de lošque eštavan alli, oyendolo, dezian, A Elias llama ešte. Y luego corriendo uno deellos tomó una ešponja, y hinchióla de vinagre, y poniendola en una caña, davale paraque beviešše.

46 Y cerca de la hora novena, Jesús exclamó con gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 47 Y algunos de los que estaban allí, oyéndolo, decían: A Elías llama éste. 48 Y luego, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le daba de beber.

Palabra del Dia

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