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Actualizado: 25 de junio de 2025
Tres mecánicos se repartían el servicio, permaneciendo en el pabellón del portero; y apenas sonaba el timbre, no tenían mas que correr á su carruaje poniéndose los guantes y dar la vuelta á la manivela de marcha.
Y se sentó en un sillón, se arropó en un abrigo de pieles que se había puesto y esperó que la doncella cumpliese sus órdenes. Poco después se abrió aquella misma puerta, y entró el sargento mayor don Juan de Guzmán, que, sin quitarse el sombrero, adelantó hasta cerca de la dama, y deteniéndose á poca distancia de ella y permaneciendo de pie, la dijo: Nos sucede mejor de lo que queríamos, Ana.
Los otros deseaban contar igualmente sus impresiones, aunque en realidad no habían visto gran cosa, pues se escondieron al caer muerto el peón, permaneciendo ocultos hasta la llegada de Watson.
Poco a poco fue permaneciendo más horas en la cama; se levantaba tarde; se acostaba temprano. Perdió el gusto para trabajar en la huerta. No salía de las cuatro paredes de la casa. Dentro de ella dejó de ocuparse en las cosas que antes le entretenían; hacer estuches, cuidar la pajarera y otras obras manuales.
Nosotros, en cambio, estábamos sabiamente colocados por el Mayor General en otra altura parecida; pero sólo una quinta parte del regimiento ocupaba la parte culminante de la loma, mientras que todo lo demás se extendía en la vertiente posterior, permaneciendo oculto a la vista del enemigo; de modo que si nosotros les contábamos perfectamente a ellos, los franceses, engañados por la apariencia, se reirían de los cuarenta jinetes sin uniforme, enseñoreados del cerro con aire de perdonavidas.
Juan y Bettina se arrodillaron ante él, que pronunció la fórmula de la bendición permaneciendo en seguida, durante algunos instantes, en oración, con los brazos extendidos, pidiendo con toda su alma cayesen las gracias del Cielo sobre la cabeza de sus dos hijos.
Pasaron así días, semanas y meses, siempre la misma cosa, sin dejarse ver la dama más que de bulto entre dos luces, cuando salía de la silla de manos, en la catedral, y volviendo a sepultarse una hora después en el silencio y en el retiro de su casa, que permanecía cerrada, ni más ni menos que cuando se decía estaba habitada por duendes; al jardín no salía de día: sólo algunas noches de luna solía verla Viváis-mil-años, vestida de blanco y vagando como un fantasma, yendo al cabo a sentarse en un poyo de piedra junto a la fuente, permaneciendo allí largo tiempo inmóvil, hasta que, al fin, se levantaba, y en paso lento atravesaba el jardín y se metía en la casa: la luz de la luna no había sido bastante para que Viváis-mil-años hubiese visto su rostro.
Y Leonora seguía sus lecciones acariciada por las manos ardorosas y húmedas del viejo cantante, permaneciendo horas enteras a solas con él, gracias a la inmensa confianza del doctor, hasta que una tarde, en mitad de una romanza, el tembloroso sátiro que todo lo hacía por el arte, cayó sobre ella.
Porque, si al decir que es las dos sensaciones juntas, se quiere dar á entender lo que significan las palabras en su rigor, tendremos una sensacion que será al mismo tiempo la de clavel y la de rosa, permaneciendo aquella distinta de esta, por exigirlo así la comparacion.
En el curso de la procesión, cuando los portadores de los «pasos» necesitaban descanso y quedaban inmóviles las pesadas plataformas de las imágenes cargadas de faroles, bastaba un leve siseo para que los encapuchados se detuviesen, permaneciendo las parejas frente a frente, con el blandón apoyado en un pie, mirando al gentío con sus ojos misteriosos al través del antifaz.
Palabra del Dia
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