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Actualizado: 2 de julio de 2025


Si este público nada aprende leyéndome, bien puede ser que se entretenga apaciblemente con mi lectura y que divierta el espíritu de penosos y graves cuidados.

Además, yo tengo respeto a la familia y no quiero condenar a mi pobre mamá a andar errante por toda la eternidad, como en otro tiempo. Los gemidos de mamá son extremadamente penosos. Debieras estar acostumbrada sin embargo, Francisca. No pareces satisfecha más que cuando gime tu madre. A mi pobre mamá le gusta eso.

Ese día Charito la acogió con un aire de mal humor que nunca tenía, como de persona agraviada por motivos demasiado penosos para decirlos. Pero inútilmente aguardó de Adriana una pregunta que le diera pie para replicar con frases ya meditadas.

Se mortificó, oró, luchó, pero si consiguió la paz en su aspecto, no consiguió la paz de su espíritu. Se dedicó al estudio, arrojó sobre los penosos trabajos del púlpito y del confesonario, y llegó á ser catedrático de la Universidad de Zaragoza, y logró que le mirase todo el mundo con afecto.

Sonreía como siempre, le halagaba con la misma adoración que si fuese un ídolo, se mostraba juguetona y alegre, pero en los momentos de calma, cuando creía no ser observada, sorprendía Rafael en su boca una contracción de amargura, veía pasar por sus ojos obscuros relámpagos, como reflejo de penosos pensamientos. Una noche le habló con regocijo de lo que la gente decía de ellos.

Juan pasó de labor a labor, de oficio a oficio, practicándolos todos, sin dominar ninguno, renunciando a unos por penosos e insalubres, a otros por indignos y embrutecedores, hasta que entró en una compañía de alumbrado eléctrico, casi como bestia de carga. Su obligación era llevar artefactos, utensilios y herramientas a sus compañeros de trabajo.

No serían tan penosos los plantones aguardando el paso del público, si la Prensa diera calor y verdadera vitalidad circulante a las cosas literarias, en vez de limitarse a conceder a las obras un aprecio compasivo, y a prodigar sin ton ni son a los autores adjetivos de estampilla.

Tantas y tan distintas emociones de amor, de terror y de sorpresa, me habían asaltado al mismo tiempo, que las fuerzas me faltaban, debilitábase mi razón, y algún tiempo después de tan penosos acontecimientos no podía creer todavía en la calma que me rodeaba.

Y todo esto, amigo Ojeda, es el milagro de mi dios. Dirá usted que es obra del hombre; pero el hombre, sin la esperanza del dinero, haría muy poco en el presente régimen social. Nadie realiza trabajos penosos por gusto, nadie expone su vida gratuitamente en empresas sin gloria. Si usted le dice al que perfora un túnel o levanta un terraplén sobre un pantano que está sirviendo a sus semejantes y merece por esto gratitud, se encogerá de hombros.

Acostumbrada la prójima a levantarse a las nueve o las diez de la mañana, éranle penosos aquellos madrugones que en el convento se usaban. A las cinco de la mañana ya entraba Sor Antonia en los dormitorios tocando una campana que les desgarraba los oídos a las pobres durmientes.

Palabra del Dia

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