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Actualizado: 1 de octubre de 2025
La noche del banquete, el poeta le recibió con los brazos abiertos. ¡Ah, Pierrefonds!... ¡Valeroso compañero de miserias y de esclavitud!... Y lo presentó al ministro y á todos los personajes llegados de París. Un héroe, señores; un verdadero soldado y un gran patriota. Pierrefonds gruñió dulcemente, y su bigote se contrajo con algo que parecía una sonrisa.
Del periódico El Patriota del jueves 18 de Enero de 1838 se copia el siguiente artículo. Sres. editores del Patriota: A los del Eco del Comercio dirijo el artículo siguiente.
La guerra, aquella santa guerra de que no nos muestra otro ejemplo la Historia en tiempos cercanos, obligó a suspender este como otros proyectos, y D.ª María, aragonesa y muy patriota, hubo de llamar a D. Diego, y desde lo alto de su sitial le aterró con estas palabras, confiadas después a mi discreción por D. Paco: Hijo mío, mucho te quiero.
Allí quedan "sus padres; sus hermanos, en el perdido hogar"; más allá deja "a la dulce extranjera, su alegría", y sobre todo amor, su "amada" tierra. ¡Oh, la tierra de todos sus encantos, la idolatrada tierra, "dolor de sus dolores" de patriota y sueños de sus sueños de poeta!
España no se somete, no, señor, no se somete exclamó de improviso el anciano, quebrantando el voto de su antes silenciosa prudencia, y levantándose de la silla para expresar con frases y gestos más desembarazados los sentimientos de su alma patriota . España no se somete, Sr. D. Luis de Santorcaz, porque aquí no somos como esos cobardes prusianos y austriacos de que usted nos habla.
La vida pública, que hasta entonces había faltado a esta asociación árabe-romana, entró en todas las ventas, y el movimiento revolucionario trajo al fin la asociación bélica en la montonera provincial, hija legítima de la venta y de la estancia, enemiga de la ciudad y del ejército patriota revolucionario.
Le hacía sufrir como patriota el contemplar á España al margen de la contienda, esforzándose por no saber lo que ocurría en el resto del mundo, encogiéndose con la cabeza bajo el ala, lo mismo que ciertas aves zancudas que creen evitar el peligro no viéndolo.
Fue un dolor... ¡ah! por ser valiente, ¡por empeñarse en salir en una descubierta! Era un hombre tan patriota, que por salvar a su querida Francia, habría dado él cien vidas que tuviera... Pero vamos al otro, a ese solterón estragado... Cuando enviudé, dije: «Pues ahora, si de veras le gusto...». ¡Quia!
Creyó asistir á una fiesta de marineros hambrientos, ansiosos de resarcirse de un golpe de todas las privaciones anteriores. Y sentía los mismos deseos de huir que su padre. De este viaje volvió Marcelo Desnoyers con una melancólica resignación. Aquellas gentes habían progresado mucho. El no era un patriota ciego, y reconocía lo evidente.
El Libertador de la América del Sud, reducido ya á la simple condicion de ciudadano, el 8 de Mayo salió para Cartagena con objeto de pasar á Europa; y al despedirse de los constituyentes, herido en lo intimo de su noble corazon de patriota, no por su separacion del alto cargo que hasta alli habia ejercido, el cual tantas y tantas veces como al presente renunciara leal y dignamente, ni tampoco lastimado en su ambicion, puesto que solo se retiraba "rico de honores y de gloria;" pronunció estas notables palabras: Me ruborizo al pensarlo, pero la independencia es el único bien que hemos conquistado á costa de todos los demás.
Palabra del Dia
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