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Actualizado: 3 de mayo de 2025


D. Pascual Silva Braga, se dijo: Que en todas sus partes reproduce el dictámen del Sr. D. Cornelio Saavedra. Por el Sr. Dr. D. Cosme Argerich, se dijo: Que habiendo caducado la suprema Autoridad, debe esta reasumirse en el pueblo, y por consiguiente interinamente en el Exmo.

¿Sabe usted si es aquí cerca? preguntó Clara. ¿No hay otra taberna en esta calle? No, que yo sepa. Clara volvió á creer que no había Dios. ¿Qué estás diciendo ahí, enreaora? exclamó el hombre. Siempre te has de meter en lo que no te toca. , señora. Hay otra tienda de vinos de un tal Pascual ... , señora: ahí en el número 14.

She pleases most in her picturesque descriptions of the life and manners of her fellow-Galicians. Pardo Bazán early founded a critical review, El Nuevo Teatro Crítico, and in this and in other periodicals she has published many valuable articles of literary criticism. She is now giving her time and thought chiefly to critical work. Her most popular novel is probably Pascual López.

El mismo Pascual, á mediados de este año de 1773, hablando con Gregorio Solis, vecino de esta plaza, le contó la serie de señales que he dicho, mostrandole desde su casa el sitio donde las ponen, y añadió, como que le consultaba, ¿qué prémio le pareceria que le daria nuestro Rey, en el caso de descubrir el camino de la ciudad?

¿Y nosotros pagaremos los platos rotos...? preguntaba Chichoy indignado. ¡Ejem, ejem, ejjjem! tosió el platero oyendo acercarse pasos en la calle. En efecto los pasos se acercaban, y en la platería todos se callaron. San Pascual Bailon es un gran santo, dijo hipócritamente en voz alta el platero, guiñando á los otros; san Pascual Bailon...

Pronto se suscita entre ambos animada conversación, y el huésped, que se da á conocer por el nombre de Juan Pascual, como propietario, no noble, á la verdad, pero perteneciente á una familia de cristianos viejos, habla con la mayor libertad de las faltas del Rey y de los desórdenes y malestar del reino.

Llegó Leopoldina Pastor, sofocadísima, con un devocionario enorme en la mano: venía de Misa, porque estaba haciendo en San Pascual una novena para impetrar del cielo una apoplejía fulminante para don Salustiano de Olózaga.

Almorzaron juntas y solas porque el duque lo hacía aquel día con un ministro. Por la tarde, después de aligerada y refrescada el alma con larga e íntima charla, ambas se trasladaron en coche a San Pascual, rezaron allí una estación al Santísimo, siempre expuesto en aquella iglesia, y se trasladaron al paseo del Retiro.

Preguntaron á la portera de la antigua casa si se había alquilado de nuevo el cuarto segundo. Dijo la portera que no. Preguntáronle el nombre de la criada y si sabía su paradero. Se llama Pascuala contestó: está casada con un tabernero llamado Pascual; pero no dónde viven. El tabernero de la calle del Barquillo debe saberlo, porque es compadre suyo.

Y más tarde, á poco de circular el prospecto de la BIBLIOTECA HISPANO-ULTRAMARINA, supe por el señor don Pascual de Gayangos que un distinguido peruano, el señor la Rosa, se ocupaba en publicarla, restituyéndola en su verdadero título y á quien le pertenece.

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