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Actualizado: 12 de junio de 2025
Nietzsche acepta el dolor, el padecimiento, la conquista, la tiranía más ruda, si por tales medios se abre camino para el advenimiento del super-hombre.
LA ENFERMERA. ¿Qué duda cabe...? Si yo fuera la dueña, querría que todos los heridos viviesen en un sueño espléndido. ¡Que las enfermeras, sin excepción, fuesen lindas y cariñosas...! No prohibiría ni el tango ni el flirteo. Ponga usted aparte los atacados de altas fiebres. Los demás tienen un padecimiento terrible: el aburrimiento.
Había sufrido aquella mañana cuanto es dado soportar á la humana naturaleza, y como su temperamento no era de los que por medio de un desmayo se libran de un padecimiento demasiado intenso, su espíritu podía solamente hallar cierto desahogo bajo la capa de una insensibilidad marmórea, mientras sus fuerzas corporales permanecieran intactas.
Se diría que Sidarta es la encarnación, el avatar de Amor, que llora y lamenta haber creado la vida; que padece en sí cuanto todo ser que tiene vida padece, y que anhela retrotraer la vida a la nada para que el padecimiento acabe. GOPA. Efímera es la vida: el padecimiento que de ella nace debe de serlo también. PRATYAPATI. No, Gopa; la vida no tiene término. La muerte es cambio, no fin.
Dice Matute en sus Anales que los chuchos estaban allí muy cuidadosamente asistidos y que se «separaban en los diversos departamentos, según el grado que advertían en su enfermedad», consignando también que para asistirlos se nombraron á seis enfermeros, prosiguiendo en tanto los doctores sus estudios para dar con el padecimiento y los medios de combatirlo.
A los pocos días de hablar con la criada de doña Carmen se acentuó el retroceso en el padecimiento de Clotilde, a quien velaban alternativamente una noche su marido con la doncella, y otra Julia con doña Carmen, la cual solía echarse en un sofá mientras Julia pasaba el rato leyendo y pronta al cuidado de la enferma.
Ahora comprendo que Clarita no ve sólo en el matrimonio un voto de devoción y sacrificio. Clarita quiere amar y que el matrimonio sancione y purifique su amor. El matrimonio, por lo tanto, no puede ser para ella el mero cumplimiento de un deber social, un acto de abnegación, un padecimiento á que hay que resignarse, una penitencia, una prueba, un castigo.
Para Ester, á juzgar por lo que ella podía ver, el Reverendo Arturo Dimmesdale no presentaba síntoma ninguno visible de un padecimiento real y profundo, excepto que, como Perla ya había notado, siempre se llevaba la mano al corazón. Á pesar de lo lentamente que caminaba el ministro, había éste pasado casi de largo, antes de que á Ester le hubiera sido posible hacerse oir y atraer su atención.
Tristeza del marqués viudo de Saldeoro. Los últimos vencimientos le abruman. Su fortuna triplicada no le bastaría para pagar. Toma por modelo al Tesoro público y recibe dinero al trescientos por ciento. Renuévanse las discordias entre Joaquín e Isidora por cuestiones de celos y fondos. Padecimiento moral de la de Rufete por su situación social, su penuria y la poca esperanza de remedio.
Tenía las facciones bien dispuestas, pero encapotadas por unas nubes de melancolía y padecimiento, no del padecimiento físico que destruye el organismo, pega la piel a los huesos, amojama las carnes y empaña o vidria el globo ocular, sino del padecimiento moral, o mejor dicho, intelectual, que sólo hunde algo la ojera, labra la frente, empalidece las sienes y condensa la mirada, comunicando a la vez descuido y abandono a los movimientos del cuerpo.
Palabra del Dia
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