Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de mayo de 2025
El remedio de Andrés dijo al párroco es pueril y ridículo, pero le dejo hacer porque eso no envuelve ningún peligro, ni influirá para nada en la hora de la muerte de mi hija, que ocurrirá en la noche del jueves al viernes, o a lo sumo en la mañana del viernes. Tengo bastante experiencia profesional añadió con amargura para estar bien seguro de que no me equivoco en mis tristes augurios.
Se acordó de que tenía un tío en una de las provincias del Norte, párroco de cierta aldea pintoresca y sana, al decir de los que la habían visitado, y decidió escribirle inmediatamente.
Teniendo en cuenta lo limitado que es el círculo de ideas entre las gentes rústicas, y que todo cuanto se siembre fuera de él es simiente perdida, un párroco como don Sabas era cuanto podía y debía apetecerse para una parroquia como la de Tablanca.
Los gastos del nuevo comercio, que no subieron a mucho, corrieron aún por cuenta del párroco, quien hizo el desinteresado más por caridad que por miedo. Ya no temía lo que pudiera decir Paula ni ella creía tampoco en la fuerza del arma con que en un tiempo había amenazado terrible, cruel y fría. La taberna prosperaba.
El párroco de Peñascosa pasaba por hombre rico, y lo era en efecto. Cincuenta años regentando una parroquia populosa y viviendo con extremada economía, le habían permitido juntar un capital respetable. Había comprado muchas tierras, pero se decía que guardaba en casa también una gran cantidad en metálico. Y así debía de ser, atento la vigilancia que desplegaba, sobre todo de noche.
Rafael y sus acólitos del ayuntamiento se esforzaban por convencer al cura, pero éste sólo contestaba a su petición preguntando si venía agua de Cuenca. Creo que sí dijo el alcalde. Ya ve usted que con esto aumenta el peligro y se hace más precisa la salida del santo. Pues si viene agua de allá contestó el párroco, lo mejor es dejarla pasar, y que San Bernardo se quede en su casa.
Las golondrinas comenzaban a instalarse en los corredores, y después de cortejarse unos cuantos días por el aire persiguiéndose con gritos descompasados y partiéndose solas las parejas a los sitios más escondidos de las huertas, sin respeto alguno al qué dirán y a las buenas formas, celebraban sus bodas con la misma grosería, sin consultar la voluntad de los papás, ni suplicar dispensa cuando la necesitaban, ni proclamarse por conducto del párroco, ni encargar trousseau a París, ni recibir un mal juego de café de los parientes, ni pasar papeletas impresas a los amigos y conocidos participando su efectuado enlace, ni siquiera insertar en La Correspondencia de España un suelto diciendo: «Ayer, ante numerosa y escogida concurrencia, en la que figuraba lo más eminente de la nobleza, la política y la literatura, se verificó en casa de la desposada el anunciado matrimonio de la bellísima y distinguida golondrina doña Fulana de Tal con el acaudalado golondrino don Zutano de Cual.
El párroco sintió el nervioso temblor de los gatos a la vista del ratón: se preparó como ellos rozando el suelo con los pies, y ¡zas! de un par de brincos cayó sobre los bárbaros. Pero Lorito no era un vándalo vulgar de los que se dejan atrapar como un ratoncillo inocente.
La casa parroquial de Guinobatan tiene suerte con sus inquilinos. Preguntad en toda la provincia de Albay, lo mismo á indio que á castilla por el Padre Luís, y no oiréis más que bendiciones para aquel párroco que durante las últimas epidemias fué la providencia de Guinobatan.
De Pas había querido echar todo el peso de la censura eclesiástica y las más severas penas sobre Contracayes; pero gracias a los ruegos del notario había consentido, antes de proceder, en celebrar una conferencia con el párroco montañés, prometiendo que, si advertía en él verdadero arrepentimiento, se contentaría con un castigo de carácter reservado, que en nada perjudicaría la fama del clérigo, gran elector, y muy buen partidario de la causa óptima.
Palabra del Dia
Otros Mirando